El peso invisible del cortisol: la otra cara de una sanidad que llega tarde
Delismar González Tortolero 
A pesar de su impacto significativo en la salud, el síndrome de Cushing sigue siendo subestimado y malinterpretado
El síndrome de Cushing es un trastorno hormonal causado por niveles excesivos y prolongados de cortisol, una hormona esencial producida por las glándulas suprarrenales. Esta condición puede derivar en síntomas debilitantes como obesidad central, debilidad muscular, hipertensión arterial y trastornos psicológicos como la depresión.
A pesar de su impacto significativo en la salud, el síndrome de Cushing sigue siendo subestimado y malinterpretado, lo que subraya la necesidad de una atención médica pública y de calidad que garantice diagnósticos oportunos y tratamientos efectivos para todos.
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La exposición crónica a niveles elevados de cortisol no sólo provoca manifestaciones físicas evidentes, como la acumulación de grasa en el tronco y la cara redondeada, sino que también afecta profundamente la salud mental de los pacientes.
Estudios recientes indican que hasta un 94% de los afectados experimentan depresión, y un 93% reportan una notable pérdida de fuerza física . Estos datos evidencian la complejidad del síndrome y la necesidad de abordajes terapéuticos multidisciplinarios que consideren tanto los aspectos físicos como psicológicos de la enfermedad.
Es fundamental destacar que, incluso después de recibir tratamiento y lograr la remisión de la enfermedad, muchos pacientes continúan enfrentando una calidad de vida deteriorada. La exposición prolongada al exceso de cortisol deja secuelas que pueden persistir, afectando la capacidad laboral, las relaciones interpersonales y el bienestar general .
Esta realidad pone de manifiesto la importancia de un sistema de salud público que no solo se enfoque en la curación, sino también en la rehabilitación y el apoyo continuo a los pacientes.
En este contexto, se debe priorizar la inversión en investigación médica y garantizar el acceso universal a tratamientos innovadores y personalizados. La salud es un derecho fundamental, y es responsabilidad de la sociedad en su conjunto asegurar que ninguna persona quede desatendida debido a limitaciones económicas o falta de recursos.
La lucha contra el síndrome de Cushing es un reflejo de la necesidad más amplia de fortalecer los sistemas de salud pública, promoviendo la equidad y la justicia social. Solo a través de un compromiso colectivo y políticas inclusivas podremos garantizar que todos los individuos, independientemente de su condición socioeconómica, tengan acceso a la atención médica de calidad que merecen.
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