Fausto 
Imagen de nuevatribuna.es/El Solidario.es. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía y vicepresidenta segunda del Gobierno de España.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, impulsa un plan de rearme que amenaza con desviar recursos fundamentales hacia la industria militar, mientras la ciudadanía europea sigue enfrentando crisis sociales y económicas sin precedentes.
Ante este escenario, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha sido clara: este camino es incorrecto y contradice los principios de justicia social que deberían guiar a la Unión Europea.
Europa parece haber olvidado las lecciones del pasado. La deriva belicista de la UE, alentada por la presión de la OTAN y la creciente militarización global, prioriza el gasto en armamento en lugar de fortalecer el Estado del bienestar.
Mientras se destinan miles de millones de euros a la industria bélica, persisten problemas estructurales como la precariedad laboral, la crisis de vivienda y el debilitamiento de los servicios públicos.
Pero el cuestionamiento de Díaz no se limita al aumento del presupuesto militar. También ha denunciado el incumplimiento del acuerdo de gobierno en relación con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que sigue sujeto al pago de impuestos.
Esta medida, que afecta especialmente a los sectores más vulnerables, evidencia una contradicción dentro del Ejecutivo y un incumplimiento de los compromisos adquiridos con la ciudadanía.
El problema de fondo es la falta de una visión coherente en la política europea. No se puede hablar de un modelo social y sostenible, mientras se destinan más fondos a la guerra y se incumplen medidas esenciales para la redistribución de la riqueza. La seguridad de Europa no se garantiza con más armas, sino con empleo digno, acceso a la salud y una protección social robusta.
Si la UE persiste en su apuesta por la militarización, estará dando la espalda a los valores que dice defender. Yolanda Díaz lo ha señalado con claridad: no podemos normalizar que los intereses del complejo militar-industrial pasen por encima de las necesidades reales de la gente.
La verdadera fortaleza de una sociedad no se mide en misiles, sino en justicia social y derechos garantizados.
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