
Imagen: intersindical.es. El Solidario. Explotación forzada de personas en la industria sexual.
La Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal que explotaba sexualmente a más de 1.000 mujeres al año en las provincias de Alicante y Murcia.
En la operación, se ha detenido a 48 personas y se ha liberado a 48 víctimas, principalmente de origen sudamericano, que eran engañadas con falsas ofertas de trabajo.
La investigación se inició tras una denuncia ciudadana que alertaba sobre actividades sospechosas en varios clubes de alterne.
Las pesquisas permitieron identificar una red transnacional dirigida por dos mujeres colombianas y un hombre español. Este último residía en Alicante durante la semana para supervisar los negocios y regresaba a Murcia los fines de semana.
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Qué pasa en la trata de personas
Las víctimas, originarias de Colombia y Venezuela, eran captadas en sus países mediante promesas de empleo en sectores como la estética y la limpieza.
Una vez en España, eran obligadas a ejercer la prostitución en clubes disfrazados de pensiones u hostales en Alicante, Elche y Orihuela.
Vivían en condiciones de control extremo, con sistemas de videovigilancia que limitaban su libertad a dos horas diarias. Además, la organización se apropiaba de al menos el 40% de sus ingresos.
Durante la operación, se realizaron ocho registros domiciliarios en Alicante y Murcia, donde se incautaron ocho armas prohibidas, más de 150.000 euros en efectivo, drogas y vehículos de alta gama.
También se bloquearon 930.000 euros en cuentas bancarias y se inmovilizaron 17 propiedades valoradas en más de 1,3 millones de euros. Tres clubes de alterne fueron clausurados.
Este caso pone de manifiesto la persistencia de redes de trata de personas que se aprovechan de la vulnerabilidad de mujeres migrantes.
La trata de personas con fines de explotación sexual es una grave violación de los derechos humanos que somete a miles de mujeres y niñas a condiciones inhumanas.
Redes criminales se aprovechan de su vulnerabilidad mediante engaños y amenazas, privándolas de su libertad y dignidad.
Es fundamental reforzar las políticas de prevención, endurecer las penas para los responsables y garantizar protección y apoyo a las víctimas.
La sociedad no puede ser cómplice con su indiferencia. Exigimos acciones contundentes para erradicar esta forma moderna de esclavitud y garantizar un mundo libre de violencia y explotación para todas las personas.
La colaboración ciudadana y la actuación policial son fundamentales para combatir estas prácticas y proteger los derechos humanos de las víctimas.
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