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Franklin Jacome/El Solidario. Daniel Noboa, presidente Ecuador.
En medio de una segunda vuelta electoral que promete ser histórica, Daniel Noboa busca perpetuarse en el poder con una campaña que ha utilizado los recursos del Estado como trampolín.
Frente a él, Luisa González, candidata progresista, podría convertirse en la primera mujer presidenta de Ecuador. Pero más allá del simbolismo, esta elección es un plebiscito sobre el manejo de Noboa: su autoritarismo, su fracaso en seguridad, su aislamiento internacional y su culto a la personalidad. ¿Es este el líder que Ecuador necesita?
Abuso del poder para reelegirse
Desde el inicio, Noboa ha utilizado su posición para beneficiarse políticamente. A pesar de que la ley exige que un presidente en funciones renuncie para hacer campaña, él se aferró al cargo, inaugurando obras y manejando recursos estatales para su promoción.
Su negativa a delegar el mando a su vicepresidenta, Verónica Abad, refleja su temor a perder el control. Noboa la marginó desde el principio, enviándola a Israel con la excusa de una misión diplomática y luego la suspendió 150 días para evitar que asumiera la Presidencia durante la campaña.
A nivel internacional, el presidente ecuatoriano ha dejado un saldo desastroso. Su decisión de asaltar la embajada de México en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas rompió el derecho internacional y generó el repudio de la comunidad global. La respuesta de México fue contundente: rompió relaciones diplomáticas con Ecuador, dejando al país aislado y sin aliados estratégicos en la región.
Ecuador, un país en crisis
En materia de seguridad, Noboa intentó venderse como el Bukele ecuatoriano, pero su gestión ha sido ineficaz. Aunque el gobierno presume una reducción del 15% en homicidios, la violencia sigue desbordada, con el narcotráfico más fuerte que nunca.
La crisis energética también ha sido un golpe letal para su administración. Durante meses, los apagones de hasta 14 horas afectaron la economía y la vida diaria de los ecuatorianos. En lugar de asumir responsabilidad, Noboa culpó a gobiernos anteriores y habló de sabotajes sin pruebas.
Hijo del hombre más rico de Ecuador, Noboa ha construido un culto a la personalidad mientras el país se hunde en problemas. Su fracaso en la Cumbre Iberoamericana, donde ningún presidente regional asistió, evidenció su falta de liderazgo y su creciente aislamiento.
Ahora, Ecuador tiene en sus manos una oportunidad de cambio. Luisa González, candidata del progresismo, podría convertirse en la primera mujer presidenta del país. La segunda vuelta no es solo una elección; es la decisión entre un liderazgo autoritario o un futuro con mayor democracia y justicia social.
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