Expulsadas y desamparadas: la dura realidad de las mujeres que abortan en hospitales públicos de España
Fausto 
Archivo/El Solidario. Por ejemplo, comunidades como Castilla y León o Extremadura presentan graves déficits en atención sanitaria para estas mujeres, obligándolas a trasladarse a cientos de kilómetros o recurrir a clínicas privadas.
En España, la Ley del Aborto garantiza desde 2010 el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo de manera libre y segura hasta la semana 14 de gestación.
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Sin embargo, en la práctica, muchas mujeres enfrentan obstáculos que vulneran su dignidad y sus derechos, incluyendo la expulsión de hospitales públicos tras realizar un aborto, una experiencia descrita por algunas como desahuciante.
El problema se agrava en regiones donde la objeción de conciencia de los médicos es generalizada, lo que ha generado zonas sin acceso a servicios de aborto.
Por ejemplo, comunidades como Castilla y León o Extremadura presentan graves déficits en atención sanitaria para estas mujeres, obligándolas a trasladarse a cientos de kilómetros o recurrir a clínicas privadas.
Trato desigual y sesgo ideológico
De acuerdo con datos del Ministerio de Sanidad, en 2022 se registraron más de 90.000 abortos voluntarios, un aumento significativo frente al año anterior. Sin embargo, solo el 15% de estas intervenciones se realizaron en hospitales públicos, reflejando una problemática estructural que discrimina a las mujeres de menores recursos, quienes no pueden asumir los costes de una intervención privada.
Además, activistas y organizaciones feministas denuncian un trato inhumano en algunos centros médicos, donde las mujeres se ven obligadas a salir pocas horas después del procedimiento, sin soporte emocional ni sanitario adecuado.
Este trato refleja un sesgo ideológico que sigue pesando en el sistema sanitario, a pesar de que la legislación española protege el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.
El caso español pone en evidencia la necesidad de reforzar la educación sexual integral, asegurar la aplicación de la ley y combatir la desigualdad territorial en el acceso a servicios esenciales.
¿Cómo podemos construir una sociedad que respete plenamente los derechos reproductivos y la autonomía de las mujeres?
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