Ser acusado por apología al terrorismo se está convirtiendo en algo demasiado fácil

Quienes están en el poder (lo vemos más que claro con Donald Trump) disponen de medios para perseguir a las voces críticas y hacer que parezca que es necesidad nacional acabar con ellas, cuando la realidad es que es necesidad del poder para extenderse y protegerse a si mismo.

En todo Occidente estamos viendo como en las universidades públicas y en ámbitos políticos y culturales se está deteniendo a personas con cargos que superan con creces sus actos. Por desgracia, el hecho de manifestarse en un lugar concreto y expresar en voz alta lo que piensas, se está relacionando con acusaciones que llevan a las personas implicadas a personase ante la justicia y posiblemente, a cumplir penas de cárcel.

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El caso Francés

Hay que tener cuidado si estás en Francia, eres feminista y en tu manifestación hay alguien (o tú misma) que muestra de manera simbólica apoyo al pueblo palestino. Está prohibido. Nadie puede expresar este tipo de apoyo porque puedes ser acusada de apología al terrorismo.

Así ha sido el caso de dos militantes de la organización Revolución Permanente que serán juzgados por « apología del terrorismo » el 18 de junio, entre ellos su portavoz, el ferroviario, sindicalista y ex candidato a la presidencia, Anasse Kazib.

Kazib será procesado por la publicación en octubre de 2023 de un tuit en que, según sus propias palabras, “denunciaba el apoyo de las potencias occidentales a Netanyahu y al derecho de Israel a defenderse, es decir, a bombardear al pueblo palestino”

En abril de 2024, la policía antiterrorista citó los dos militantes de Revolución Permanente, a la eurodiputada Rima Hassan, a la presidenta del grupo LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot y a otras personalidades.

Procesar al portavoz de una organización política nacional no tiene precedentes en Francia. Se trata de un verdaderao test para el Estado : si hay una condena, nadie estará a salvo de persecuciones que permitan condenar a opositores o intelectuales críticos, pero también asociarlos al « terrorismo », o impedirles que se puedan presentar a elecciones.

Personalidades del mundo del mundo cultural, educativo y político están recogiendo firmas para presionar a las autoridades francesas y evitar así, que Kasib sea encarcelado.

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