En una evidente muestra del egoísta e inconsciente carácter humano, encontrar una fuente de energía explotable parece darnos acceso sin restricción a territorios desprotegidos. En este caso hablamos del fondo marino, donde se plantean hacer minería para extraer nódulos polimetálicos que producen oxígeno.
Oxígeno debajo del mar
El investigador Andrew Sweetman, de la SAMS, descubrió el «oxígeno oscuro» desarrollando trabajo de campo en el océano Pacífico, lo que parecía imposible. La hipótesis era que la causa eran las propiedades eléctricas de los nódulos polimetálicos, que podrían estar sustentando los ecosistemas del fondo marino, y que podrían verse afectados si se explotan.
Minería intrusiva
Grandes empresas mineras pretenden extraer estos preciados nódulos a más de 3.000 metros de profundidad porque existe negocio detrás. Franz Geiger, de la Universidad Northwestern advirtió que hay que replantearse “cómo extraer estos materiales para no agotar la fuente de oxígeno de la vida en las profundidades”.
Hay que aprender a respetar
Estudiar, aprender sobre ecosistemas sostenibles e intentar incorporarlo es una cosa, siempre teniendo en cuenta que un ecosistema no tiene porque ser eficiente en otro ecosistema distinto. Pero alterar un ecosistema para beneficiar otro es un acto de inconsciencia donde seguimos demostrando que sólo nos importa el ser humano y las otras especies son inferiores. Esta actitud debe acabar.