El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha lanzado una grave acusación contra las élites del país, denunciando un golpe de Estado encubierto” tras la investigación abierta por la Junta Nacional Electoral sobre la presunta financiación irregular de su campaña presidencial en 2022.
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Según Petro, esta investigación no es más que un intento de las fuerzas conservadoras para desestabilizar su gobierno y frenar las reformas progresistas que ha impulsado, como la reforma agraria y la paz total.
El proceso, que aún se encuentra en una etapa preliminar, ha generado fuertes reacciones entre sus seguidores, quienes ven en la investigación un ataque directo al primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia.
Para Petro, este tipo de acciones responden a un patrón que ya ha visto en otros países de América Latina, donde líderes progresistas como Lula da Silva o Dilma Rousseff fueron blanco de persecuciones políticas disfrazadas de investigaciones judiciales.
¿Un control electoral o persecución política?
Mientras que los opositores defienden la legitimidad de la investigación, argumentando que nadie está por encima de la ley, Petro asegura que la maniobra busca frenar los avances de su gobierno.
“No es solo una investigación, es un plan para derrumbar las transformaciones que este país necesita”, afirmó en uno de sus discursos recientes.
La apertura de este caso surge en un momento crucial para el gobierno de Petro, que ha estado promoviendo importantes cambios sociales y económicos. Desde sectores progresistas, temen que este sea el comienzo de un proceso para destituir a un gobierno elegido democráticamente, utilizando las instituciones para minar su legitimidad.
Petro ha dejado claro que no permitirá que su gobierno sea víctima de lo que él describe como un «golpe de Estado blando«, un término utilizado por los teóricos para referirse a las acciones que, sin recurrir a la violencia directa, logran destituir o deslegitimar a un gobierno popularmente elegido.
Con la sombra de esta investigación, el futuro de Colombia y de las reformas que propone Petro está en juego. El presidente ha sido claro en que no dejará que su mandato sea saboteado por intereses que representan a las élites tradicionales, advirtiendo que este tipo de acciones amenazan la estabilidad democrática del país.
Fuentes: ElDiario.es: BBC Mundo: El País