
Largas colas en la estación de autobuses de Torrent / València Extra / El Solidario
El desastre natural que paralizó Valencia
El 29 de octubre de 2024, una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) azotó la provincia de Valencia, causando estragos en infraestructuras clave. A pesar de los esfuerzos de reconstrucción, las secuelas en el transporte aún se resienten en 2025, afectando la vida diaria de miles de ciudadanos.
Interrupciones ferroviarias prolongadas
La DANA provocó la suspensión de servicios en líneas de Cercanías y metro, especialmente entre Valencia y Utiel, y hacia l’Horta Sud y la Ribera. Municipios como Torrent llevan más de cuatro meses sin conexión ferroviaria, obligando a depender de soluciones temporales de transporte por carretera.
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Respuesta institucional y desafíos
Las administraciones implementaron servicios alternativos rápidamente, pero la magnitud del desastre evidenció la necesidad de una planificación metropolitana integrada. El conseller Vicente Martínez Mus enfatizó que problemas de escala metropolitana requieren soluciones del mismo nivel, abogando por una gestión coordinada para evitar futuros errores.
Impacto económico y social
La interrupción del transporte afecta la economía local y la calidad de vida. Asimismo, los transportistas valencianos denuncian la exclusión de vehículos pesados en las ayudas post-DANA, lo que ha llevado a algunos a considerar abandonar la actividad. Además, la demanda de servicios de transporte ha aumentado debido a la falta de vehículos operativos.
Hacia una resiliencia metropolitana
Este desastre natural subraya la urgencia de fortalecer la infraestructura y la planificación metropolitana en Valencia. Es esencial que las autoridades adopten una visión integrada para garantizar la resiliencia del transporte y la seguridad de los ciudadanos ante futuros fenómenos climáticos.
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