Fátima Makhoukh 
Archivo/ELSOLIDARIO. Carlos Mazón, el presidente de la Generalitat Valenciana.
El paso de la DANA por la Comunidad Valenciana ha dejado un rastro de destrucción y dolor en numerosas familias, pero también una sensación de abandono.
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Las víctimas no solo enfrentan la pérdida de bienes y el impacto emocional del desastre, sino que además denuncian la falta de atención psicológica prometida por el gobierno de Carlos Mazón.
«Nadie de la Generalitat ha ofrecido ayuda psicológica», lamentan quienes más necesitan consuelo en declaraciones a medios de comunicación.
Mientras enfrentan pérdidas materiales y emocionales, los afectados se ven obligados a buscar ayuda a través de los ayuntamientos locales o clínicas, evidenciando una grave carencia en la atención integral por parte de las autoridades autonómicas.
La ausencia de apoyo psicológico tiene consecuencias profundas. Las familias afectadas enfrentan trastornos como ansiedad, estrés postraumático y depresión, especialmente entre los más vulnerables, como niños y personas mayores.
Hablar sin actuar, no sirve
Las familias de las víctimas de la DANA han expresado su indignación hacia el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, por lo que consideran una falta de sensibilidad y acción tras la tragedia.
Critican que se organizara una misa en memoria de las víctimas mientras no se brindó apoyo psicológico ni se priorizaron soluciones concretas.
Esta situación ha generado una profunda sensación de abandono y frustración entre los afectados, quienes esperaban un acompañamiento más cercano por parte del Gobierno regional.
Este abandono destaca una falla estructural en la gestión de emergencias del gobierno valenciano, que prioriza la reconstrucción material por encima del bienestar mental de las personas.
Las críticas también llegan desde colectivos sociales y partidos políticos, que exigen medidas urgentes para implementar equipos de atención psicológica en zonas afectadas.
Es imperativo que el gobierno rectifique y asuma la responsabilidad de ofrecer el apoyo integral que las víctimas merecen. La reconstrucción no es solo material, sino también humana.
Ignorar este aspecto puede perpetuar el sufrimiento de quienes ya han perdido tanto. Las víctimas de la DANA necesitan más que promesas: requieren acciones concretas y compasivas para sanar las heridas invisibles que dejó el desastre.
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