El anuncio de una tregua en Gaza ofrece un respiro a las comunidades tras 15 meses de intensa violencia que dejaron más de 47.000 víctimas, desplazados y una grave crisis humanitaria. Mientras las familias intentan reconstruir sus vidas, la infraestructura sigue colapsada y el acceso a recursos esenciales es limitado.
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El alto al fuego, logrado con mediación internacional, es un alivio temporal en un conflicto histórico. Sin embargo, persisten las dudas sobre su sostenibilidad y sobre si permitirá abordar las causas estructurales del conflicto, que incluyen la ocupación israelí y las constantes violaciones a los derechos humanos.
Gaza entre la reconstrucción y el temor constante
Los gazatíes enfrentan desafíos críticos: la falta de vivienda, el desempleo y el trauma psicológico. La comunidad internacional es clave para impulsar la reconstrucción y garantizar el respeto al derecho internacional. Además, es urgente que se facilite la entrada de ayuda humanitaria y que las partes implicadas en el conflicto prioricen la protección de los civiles.
Muchas personas ya han perdido sus casas en Gaza, y están refugiados con 20 familiares. La vivienda, pequeña y sobrepoblada, podría albergar hasta 50 personas si más parientes desplazados regresan al norte. Sin alternativas, muchos planean instalarse sobre las ruinas de sus hogares destruidos. La previa al cese al fuego es descrita como «agonizante», reflejando el temor y la incertidumbre ante la posibilidad de un nuevo ataque. La situación evidencia la crisis humanitaria extrema en Gaza.
Estar vivo…es un hito
Tras más de un año de asedios constantes, los gazatíes consideran un logro haber sobrevivido. En Jabalia, una de las zonas más castigadas por Israel, muchos refugiados , reflejan la resistencia de la población.
A pesar del respiro que representa la tregua, la región sigue marcada por décadas de ocupación y conflicto, donde los derechos de los palestinos han sido sistemáticamente vulnerados. Para muchos analistas, esta pausa en las hostilidades debe ser el inicio de un esfuerzo global para una solución justa y duradera que garantice la coexistencia pacífica.
Una tregua frágil
Para calmar a sus aliados de ultraderecha, los ministros Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aseguró que Estados Unidos, bajo la próxima administración de Donald Trump, respaldará a Israel para reanudar su ofensiva en Gaza si el alto el fuego de 42 días fracasa. La extrema derecha israelí presiona para mantener los ataques y ampliar la colonización en la Franja, mientras las negociaciones con Hamás permanecen en un frágil equilibrio.
El pueblo de Gaza necesita más que promesas temporales: exige justicia, dignidad y un futuro libre de violencia. La tregua es un paso importante, pero no será suficiente si no se abordan las causas profundas que perpetúan el sufrimiento. La paz en la región dependerá de la voluntad política para construir un diálogo genuino y respetar los derechos humanos.
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