Tres años después de la erupción en La Palma, miles de afectados siguen sin ayuda ni respuestas, ¿dónde está la promesa de reconstrucción?
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El 19 de septiembre de 2021, el volcán Tajogaite cambió la vida de cientos de familias en La Palma. Tres años después, la indignación entre los damnificados crece. Muchos siguen sin poder recuperar lo perdido, mientras las promesas hechas en los días más oscuros parecen haber quedado en el olvido. Los colectivos denuncian que las autoridades han mostrado más interés en construir infraestructuras que en restituir las pérdidas de los afectados. Francisco Rodríguez, presidente de la asociación Tierra Bonita, lo resume con fuerza: “Nos han dejado solos, mientras ellos se cuelgan medallas”. Las familias no solo han perdido su hogar, sino también la esperanza de una solución justa.
Entre promesas incumplidas y burocracia paralizante
La realidad para muchos de los damnificados es desgarradora. Amanda Melián es una de las afectadas que ha visto cómo su hogar ha quedado bajo toneladas de picón. Aunque las autoridades le permitieron volver a su casa, el acceso sigue siendo imposible. «Necesitamos que nos hagan una pista para que las máquinas lleguen hasta aquí«, relata con impotencia. Ni las ayudas estatales ni regionales han llegado, lo que ha llevado a muchos, como Amanda, a recurrir a hipotecas para empezar desde cero. “Nos prometieron ayuda, pero seguimos esperando mientras otros avanzan. Nos han cancelado”, denuncia con amargura.
La gestión de las ayudas ha generado desconfianza y sospechas. Juan Vicente Rodríguez, presidente de la Asociación Social Volcán Cumbre Vieja, protesta por la falta de transparencia en la concesión de las ayudas. “Dicen que nos van a pagar el valor de lo perdido, pero no hemos visto ni un euro”, señala con frustración. Además, cuestiona la política de compensación, que parece más favorable para quienes no sufrieron daños directos que para aquellos que lo perdieron todo bajo la lava.
Una isla dividida por la tragedia
La división en la isla se hace evidente a medida que las ayudas se distribuyen de manera desigual. Rodríguez denuncia que se está favoreciendo a negocios no afectados por la erupción, mientras quienes realmente necesitan apoyo siguen sin recibirlo. «Es injusto que quienes ni oyeron el volcán reciban dinero mientras nuestras fincas siguen enterradas», clama. Las cooperativas agrícolas, pilar económico de la zona, también están en crisis. La falta de ingresos y las promesas incumplidas ahogan a los plataneros, que no pueden retomar su actividad.
La situación ha llegado a un punto insostenible. Tierra Bonita y otros colectivos no descartan llevar sus denuncias hasta el Tribunal Europeo si no reciben respuestas claras y justas. “El volcán rompió la isla, pero la gestión ha terminado de destruirnos”, sentencia Rodríguez, cansado de tanto esperar. Los afectados exigen menos burocracia y más acciones inmediatas que les permitan recuperar sus vidas. La promesa de reconstrucción no puede seguir siendo solo humo.
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Fuente: Canarias7