La Seguridad Social revisará su proceso de bajas por aborto, pero ¿se protege la privacidad de las mujeres?
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La Seguridad Social se enfrenta a fuertes críticas tras confirmar que revisará los procedimientos de bajas médicas por aborto para evitar la exposición de datos sensibles. La medida surge tras las denuncias de colectivos feministas y de privacidad, quienes temen que la seguridad de la información de estas mujeres esté en peligro. Aunque el anuncio se presenta como una mejora, el sector denuncia una falta de medidas concretas para garantizar la confidencialidad, especialmente en un contexto de riesgo de discriminación laboral y social.
Privacidad en juego: un compromiso ambiguo
Actualmente, el proceso de baja médica por aborto carece de medidas efectivas para evitar la exposición de datos personales. Diversas voces critican que el sistema no impida que la información de las afectadas llegue a empleadores o terceros sin restricciones. La Seguridad Social asegura estar en proceso de “adaptación” para proteger la intimidad de las mujeres, pero sus acciones siguen siendo ambiguas. Sin planes detallados ni mecanismos de seguridad pública, los colectivos de mujeres dudan de la efectividad real de este compromiso.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, exige cambios urgentes en el tratamiento de estos datos: “Ninguna mujer debería temer represalias laborales o personales”. Sin embargo, las afectadas cuestionan la tardanza de estas reformas, considerando que la exposición de sus datos supone un riesgo grave para su integridad laboral y personal. Exigen más que palabras; piden transparencia y un protocolo firme que asegure su privacidad sin fisuras.
Promesas vacías o avance hacia una protección real
La Asociación de Mujeres por la Igualdad alerta de que la privacidad en este ámbito no es opcional, sino un derecho innegociable. “No podemos permitir que se normalice la vulneración de la intimidad de las mujeres”, expresa su portavoz, recalcando el impacto de esta problemática en la seguridad laboral y emocional de las afectadas. Las promesas de reforma sin acciones tangibles se sienten como un golpe de autoridad sin compromiso, una muestra de falta de empatía hacia una situación ya de por sí delicada.
Activistas y organizaciones sociales instan a la Seguridad Social a concretar cómo se protegerán estos datos para erradicar de una vez el riesgo de exposición. La presión pública exige algo más que promesas; exigen un compromiso estructurado y acciones transparentes que garanticen, en todos los niveles, la privacidad y el respeto que las mujeres merecen.
¿Te sientes protegida con esta medida? Comenta y comparte tus pensamientos sobre esta problemática.
Fuente: eldiario.es