La pobreza extrema y la desigualdad aumentan en todo el mundo. ¿Cuánto más podemos permitir esta injusticia?
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La pobreza extrema y la desigualdad global han alcanzado niveles insostenibles, amenazando el futuro de millones de personas. La pandemia no solo retrasó el progreso en la lucha contra la pobreza, sino que ha exacerbado las desigualdades preexistentes. Los más vulnerables —mujeres, niños y comunidades marginadas— se enfrentan a una situación de emergencia humanitaria que parece no tener fin. «El progreso es frágil y se nos está escapando de las manos», denunció António Guterres, Secretario General de la ONU.
La crisis global de la desigualdad es insostenible
La desigualdad es un problema estructural que afecta a cada rincón del mundo, pero su impacto es más brutal en las regiones empobrecidas. La falta de acceso a servicios básicos como la educación, la salud y una vivienda digna ha profundizado el abismo entre ricos y pobres. Millones de personas viven en la desesperación, sin acceso a oportunidades que les permitan salir del ciclo de pobreza. Guterres advirtió: «La desigualdad no solo es una injusticia, es una bomba de tiempo.»
El informe de la ONU muestra que las regiones más afectadas, como África y América Latina, están al borde del colapso social. La pandemia ha golpeado con especial dureza a estas zonas, aumentando la pobreza extrema y despojando a las personas de sus derechos más fundamentales. Esta situación, si no se aborda con urgencia, generará consecuencias irreversibles para el bienestar global.
Las mujeres y los niños, los más perjudicados por esta crisis
Las mujeres y los niños son los rostros más visibles de esta tragedia. Las cifras son demoledoras: más de 150 millones de personas podrían caer en la pobreza extrema en los próximos años. «Es inadmisible que las madres tengan que elegir entre alimentar a sus hijos o enviarlos a la escuela», expresó el portavoz de la ONU. La pobreza infantil está en su punto más alto en décadas, condenando a las futuras generaciones a una vida sin oportunidades.
La ONU insta a los líderes mundiales a actuar con urgencia y a no mirar hacia otro lado. Esta no es solo una crisis económica, es una violación de los derechos humanos. La indiferencia no es una opción. Debemos exigir justicia social y equidad para todos los pueblos del mundo. El tiempo se acaba, y la desigualdad seguirá creciendo si no hacemos nada.
¿Hasta cuándo seguiremos tolerando estas injusticias? Comparte tu opinión y alza la voz por los más vulnerables.
Fuente: Noticias ONU