La crisis climática no solo afecta al medio ambiente, sino que también tiene consecuencias devastadoras para el desarrollo humano.
Te puede interesar: Salvadoreños se movilizan contra la reactivación de la minería metálica de Bukele
Según un reciente informe de Unicef, en 2024, 242 millones de niños en todo el mundo vieron interrumpido su acceso a la educación debido a fenómenos extremos como inundaciones, sequías y ciclones. Este alarmante dato pone de manifiesto cómo el cambio climático exacerba las desigualdades sociales y golpea con mayor fuerza a las comunidades más vulnerables.
Una educación amenazada por el clima
Los fenómenos climáticos extremos han desarraigado a millones de familias, destruyendo infraestructuras escolares, afectando la movilidad de los estudiantes y generando crisis humanitarias. En países como Pakistán, las históricas inundaciones de 2024 dejaron más de 30.000 escuelas inutilizables, dejando a millones de niños sin un lugar seguro para aprender. En el Cuerno de África, la prolongada sequía no solo puso en riesgo la vida de 20 millones de personas por inseguridad alimentaria, sino que también obligó a miles de familias a priorizar la supervivencia por encima de la educación.
Este impacto tiene consecuencias a largo plazo: la interrupción del aprendizaje agrava las brechas educativas, perpetuando ciclos de pobreza y marginación. Según Unicef, la educación de calidad es una herramienta esencial para mitigar el impacto de la crisis climática, ya que empodera a las nuevas generaciones con conocimientos y habilidades para adaptarse y actuar frente al cambio climático.
¿Es suficiente la respuesta global?
A pesar de los compromisos internacionales, la acción sigue siendo insuficiente. En 2023, los países más desarrollados aportaron cerca de $100.000 millones en financiamiento climático, pero apenas una fracción de estos recursos se destinó a fortalecer la resiliencia educativa. Unicef insiste en que el enfoque debe cambiar: proteger y reconstruir infraestructuras escolares, desarrollar programas educativos adaptados al clima y garantizar la seguridad de los estudiantes.
El acceso a la educación no puede ser un lujo condicionado por la geografía o el clima, sino un derecho universal. La educación debe ser un eje central en la lucha contra la crisis climática. En un contexto de emergencia global, proteger las oportunidades de aprendizaje es proteger el futuro de la humanidad.
¿Cómo garantizar el derecho a la educación en un mundo marcado por el cambio climático?
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario; Instragam: @elsolidariorg TikTok: @elsolidarionews; Facebook: @ElSolidario