América Latina sigue siendo una de las regiones más desiguales del mundo. Pese a los informes de crecimiento económico, la desigualdad social continúa afectando a millones de personas.
Diversos informes de instituciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) evidencian esta dura realidad.
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Crecimiento económico lento
Según datos recientes, América Latina proyecta un crecimiento económico del 2,1 % este año. América del Sur crecerá apenas un 1,6 %. América Central y México, por su parte, alcanzarán un 2,7 %.
Aunque estos números reflejan cierta recuperación económica, no son suficientes para reducir la brecha de desigualdad. El lento crecimiento afecta sobre todo a las poblaciones más vulnerables, que dependen de empleos informales y mal remunerados.
Desigualdad y trabajo informal
La productividad en la región es 40 % menor que en los países desarrollados, y más del 50 % de la fuerza laboral trabaja en el sector informal. Este es uno de los factores más importantes que perpetúan la desigualdad. La falta de trabajos formales limita el acceso a derechos laborales, seguridad social y salarios dignos, perpetuando la pobreza.
El coeficiente de Gini, una medida de la desigualdad de ingresos, se mantiene en un preocupante 0,45 en América Latina. Esto confirma que la concentración de riqueza está en manos de pocos, mientras la mayoría lucha por sobrevivir. Esta distribución desigual sigue siendo un obstáculo para el desarrollo económico inclusivo y sostenible.
Comercio exterior y remesas
Las exportaciones de América Latina a Estados Unidos y China representan aproximadamente el 40 % del total de la región. Si bien el comercio exterior sigue siendo importante para las economías latinoamericanas, su dependencia de mercados internacionales las deja vulnerables a crisis externas.
A pesar de ello, las remesas hacia América Latina y el Caribe alcanzaron los 142 mil millones de dólares en 2023. Se espera que crezcan moderadamente en 2024, lo cual será un alivio para muchas familias.
La inflación en la región ha disminuido en comparación con años anteriores, lo que ha dado un pequeño respiro a las economías familiares. Sin embargo, la reducción de la inflación no ha sido suficiente para mejorar la situación de millones de personas que sufren los efectos de la desigualdad económica.
América Latina necesita reformas profundas para combatir la desigualdad. Invertir en educación, empleo formal y sistemas de salud y protección social robustos son pasos esenciales para construir un futuro más equitativo. La persistente desigualdad amenaza la estabilidad económica y social de la región, limitando las oportunidades de desarrollo para todos.
Fuente: Prensa Latina