La gestión de Carlos Mazón frente a la reciente DANA en la Comunidad Valenciana ha generado una creciente ola de críticas, incluso desde sectores internos del Partido Popular (PP). Desde la falta de una respuesta rápida y coordinada hasta la tardanza en activar alertas a la población, el manejo de Mazón en esta crisis climática ha sido calificado de “desastroso” y “políticamente letal”, con voces internas sugiriendo que podría afectar su futuro en la política regional y nacional.
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Uno de los puntos más cuestionados es la decisión de no activar la emergencia nacional ni solicitar ayuda directa al Gobierno central en las primeras horas de la emergencia. La alerta roja por lluvias extremas había sido emitida por la AEMET la madrugada del 29 de octubre, pero el aviso a la población a través del sistema ES-Alert no se envió hasta pasadas las ocho de la noche. Durante las horas críticas, varias áreas de Valencia y Castellón experimentaron inundaciones severas y el desbordamiento de ríos, dejando a cientos de personas vulnerables sin medidas de prevención.
Además, la eliminación de la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), un organismo creado en 2023 para la gestión de crisis y emergencias, ha sido otro factor de polémica. La UVE fue desmantelada por el propio Mazón al asumir su cargo, bajo el argumento de que era una “estructura redundante” y representaba un gasto innecesario. Sin embargo, expertos y miembros del PP ahora señalan que esta unidad, con un presupuesto de 9 millones de euros, pudo haber facilitado una respuesta más eficaz frente a la DANA.
En redes sociales, la indignación ciudadana es palpable, con miles de usuarios manifestando su rechazo hacia la gestión del PP en Valencia. Mientras tanto, figuras públicas y políticos de la oposición exigen responsabilidades. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evitó entrar en un conflicto abierto con Mazón, aunque miembros de su gabinete lo calificaron de “irresponsable” por no tomar en serio la amenaza de la DANA. Las comparaciones con la gestión de otros gobiernos autonómicos, como Madrid o Andalucía, resaltan las diferencias en la rapidez y efectividad de las respuestas, dejando en claro que las decisiones administrativas marcan la diferencia en tiempos de crisis.
El impacto de la DANA no se mide solo en cifras, sino en el drama humano de cientos de familias que han perdido bienes, hogares y seres queridos. Este evento trágico recuerda que la prevención y la respuesta ante desastres deben estar por encima de cualquier interés político.