Paula Iglesias, presidenta de la FELGTB, exige medidas urgentes contra los discursos de odio, ¿por qué el Gobierno no ha actuado ya?
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Los discursos de odio crecen y se extienden impunemente mientras el pacto de Estado sigue sin ser aprobado. Paula Iglesias, presidenta de la FELGTB, denuncia con contundencia el abandono de las instituciones frente a la violencia que sufren las personas LGTBIQ+. “No podemos seguir esperando mientras el odio se normaliza y nuestras vidas están en peligro”, afirma. Las agresiones aumentan y el silencio institucional pesa más que nunca, dejando a miles de personas expuestas a la intolerancia sin respuestas claras ni soluciones efectivas. ¿Cuánto más tendremos que esperar?
Un vacío político que legitima el odio
El discurso de Iglesias es claro: las instituciones están fallando. No se trata solo de palabras de odio, sino de violencia real que pone en riesgo vidas. “El odio se legitima cuando los gobiernos no actúan”, asegura. La falta de acción política frente a esta situación está creando un espacio de impunidad donde la violencia se multiplica. Cada día sin este pacto es un día en el que se les da más espacio a los intolerantes para seguir esparciendo su mensaje de odio. Iglesias insiste: la protección del colectivo LGTBIQ+ no puede ser una opción, debe ser una prioridad.
La presidenta de la FELGTB exige responsabilidad a quienes están en el poder, señalando que el pacto de Estado no puede seguir en el cajón. Mientras no se aprueben medidas reales, miles de personas seguirán viviendo con miedo, siendo blanco de ataques físicos y verbales. “El odio no es solo un problema del colectivo, es un problema de toda la sociedad”, afirma Iglesias, subrayando que la inacción política está poniendo en riesgo la convivencia misma. La violencia no distingue, y el Estado no puede seguir mirando hacia otro lado.
Una lucha que empieza en las aulas y en las redes
Iglesias no solo pide medidas legislativas, sino una transformación social profunda. La educación es clave, afirma. “La batalla contra el odio empieza en las aulas”, dice, exigiendo programas que promuevan el respeto desde la infancia. Pero el problema no termina ahí. Las redes sociales, convertidas en un altavoz para los discursos de odio, deben ser controladas. Iglesias aboga por una regulación más estricta que detenga la proliferación de mensajes violentos en estas plataformas.
No se puede permitir que los discursos de odio campen a sus anchas mientras las personas más vulnerables sufren las consecuencias. Para Iglesias, la solución es clara: un pacto de Estado contundente y medidas preventivas que frenen la escalada de violencia. “El odio no va a desaparecer por sí solo”, advierte. La sociedad necesita actuar antes de que sea demasiado tarde.
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Fuente: 20minutos.es