El auge de la extrema derecha en Europa está estrechamente vinculado al antifeminismo.
Cada vez más estudios sociológicos indican que la reacción machista frente al avance de los movimientos feministas ha sido un factor clave en este fenómeno, junto con la xenofobia y el nacionalismo.
El caso de España
En España, el ascenso de Vox desde 2018 marcó un punto de inflexión, especialmente tras las elecciones autonómicas andaluzas. En estos comicios el antifeminismo se consolidó como un impulsor significativo del voto ultra.
El análisis reciente del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) muestra cómo las actitudes antifeministas influyen en el electorado de Vox. Este fenómeno no es exclusivo de España. Estudios similares en Estados Unidos revelaron que el sexismo desempeñó un papel crucial en la elección de Donald Trump en 2016.
Del antifeminismo a la derecha radical
El antifeminismo, disfrazado bajo el discurso de que «la igualdad ya se ha alcanzado», ha calado hondo en la sociedad. Este discurso sugiere que el feminismo ha ido demasiado lejos, convirtiendo a los hombres en los nuevos «discriminados».
La derecha radical ha aprovechado esta narrativa para movilizar a un electorado que ve en el feminismo una amenaza para los valores tradicionales.
El voto de los más jóvenes
La brecha de género en el voto se ha acentuado. Mientras que las mujeres jóvenes se inclinan más hacia opciones progresistas, los hombres jóvenes se han volcado hacia la derecha. Este cambio refleja una reacción a la expansión del feminismo y al empoderamiento femenino.
La influencia del antifeminismo en la política no es un fenómeno aislado. Esta corriente forma parte de una respuesta conservadora global al cambio social. Mientras que muchos hombres se sienten amenazados por estos avances, la extrema derecha capitaliza estas inseguridades para consolidar su base de apoyo.
Fuente: Público