La explotación de los océanos por parte de algunas naciones asiáticas está causando estragos en los derechos laborales y en los ecosistemas marinos.
La organización ambientalista Oceana ha denunciado estas prácticas. Según sus investigaciones miles de barcos pesqueros convierten el mar en una prisión para sus trabajadores.
Explotación laboral en alta mar
Según el informe de Oceana, más de 2.700 barcos pesqueros, en su mayoría de China, Taiwán, Japón y Corea del Sur; pasan más de 180 días sin regresar a puerto. Estos barcos operan durante meses o incluso años en alta mar, manteniendo a sus trabajadores en condiciones de explotación extrema.
La mayoría de estos trabajadores son sometidos a jornadas interminables y condiciones laborales inhumanas. Además, no tienen la posibilidad de regresar a tierra. Actualmente, se estima que 128.000 pescadores están atrapados en situaciones de trabajo forzoso en el mar, sin acceso a derechos básicos.
Prácticas de pesca ilegal y destrucción del ecosistema
El tiempo prolongado en el mar también facilita la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Al permanecer lejos de los puertos, estos barcos evitan la inspección de las autoridades. Este tipo de pesca no solo pone en riesgo la sostenibilidad de las especies marinas; sino que también socava los esfuerzos globales para gestionar los recursos pesqueros de manera responsable.
El informe de Oceana destaca que China es el principal actor en estas prácticas, con más de 1.500 barcos que pasan una media de 350 días en el mar sin regresar a puerto. Esta flota masiva no solo explota a sus trabajadores, sino que también contribuye significativamente al agotamiento de los recursos marinos. Taiwán, Japón y Corea del Sur siguen de cerca a China en este ranking de explotación y destrucción ecológica.
Una denuncia internacional urgente
Las prácticas denunciadas por Oceana son una violación flagrante de los derechos humanos y una amenaza para la salud de los océanos. La comunidad internacional debe responder con urgencia. Imponer regulaciones más estrictas es vital para que se respeten los derechos laborales y ambientales en el sector pesquero.
Para detener esta explotación es crucial que se implementen mecanismos internacionales. Estos deben regular la pesca en alta mar y proteger a los trabajadores. Son necesarias inspecciones regulares, sanciones severas para quienes violen las leyes; y la creación de un marco legal que garantice condiciones laborales dignas.
Fuente: Huffpost