Cataluña ha apostado por el gas natural como “puente” en su transición energética, generando debate entre defensores de energías renovables y críticos que advierten sobre los riesgos de perpetuar la dependencia de combustibles fósiles.
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Una transición que genera debate
En su camino hacia un futuro más sostenible, Cataluña ha tomado una decisión estratégica: el gas natural será un pilar central de su transición energética. Este movimiento, que busca reducir la dependencia de fuentes altamente contaminantes como el carbón, ha generado tanto aplausos como críticas en sectores ambientalistas.
Según datos del Institut Català d’Energia (ICAEN), el gas representa actualmente el 30 % del consumo energético de la región, y su papel podría aumentar mientras se implementan infraestructuras para energías renovables como la eólica y la solar. En 2024, Cataluña incrementó un 12 % su capacidad de generación de energía a partir de gas natural, posicionándose como líder en esta tecnología dentro de España.
¿El gas como puente o como trampa?
Para el Govern, el gas natural es una “solución puente” en la transición energética hacia una economía baja en carbono. Sin embargo, organizaciones ambientalistas como Greenpeace y Ecologistas en Acción han advertido que apostar por combustibles fósiles, incluso de menor impacto como el gas, podría retrasar inversiones esenciales en energías limpias.
“La transición debe enfocarse en soluciones 100 % renovables. Utilizar el gas es prolongar la dependencia de combustibles fósiles, con todos los riesgos climáticos que eso conlleva”, señala Marta Subirats, experta en sostenibilidad y transición energética.
Cataluña es una de las comunidades con mayor potencial para la generación solar y eólica, pero estas energías solo cubrieron el 18 % de su consumo en 2024, muy por debajo del promedio europeo del 38 %. Mientras tanto, la infraestructura de gas requiere inversiones multimillonarias que podrían redirigirse a energías renovables.
¿Qué modelo de transición queremos?
La transición energética no es solo una cuestión técnica, sino un debate ético y político que afecta a generaciones presentes y futuras. Cataluña tiene la oportunidad de liderar un cambio real hacia un modelo energético más sostenible, pero su enfoque en el gas natural plantea dudas sobre la prioridad que se está dando a las soluciones renovables.
¿Es el gas natural la solución temporal necesaria o un freno para alcanzar un modelo energético 100 % limpio y sostenible?
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