Una manifestación pacífica de estudiantes en Murcia, quienes exigían la publicación inmediata del modelo de examen de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), terminó en un episodio de brutalidad policial que ha generado una ola de indignación.
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Decenas de jóvenes, la mayoría menores de edad, fueron reprimidos violentamente por las fuerzas del orden, en lo que diversos sectores han calificado como un abuso inaceptable de poder y una violación flagrante de los derechos a la protesta pacífica y a la educación.
La protesta, que congregó a cientos de estudiantes frente a la Consejería de Educación, tenía como objetivo reclamar mayor transparencia y claridad sobre los contenidos y el formato de la PAU, una prueba decisiva para el futuro académico de los jóvenes.
Brutal y desproporcionada represión policial
Según diversos medios, la tensión comenzó a escalar cuando los manifestantes, muchos de ellos portando pancartas y gritando consignas como «¡Basta de represión!» y «¡Queremos justicia académica!», fueron rodeados por un amplio despliegue policial.
La respuesta de las fuerzas del orden fue desproporcionada: cargas policiales, uso de porras y disparos de pelotas de goma contra una multitud compuesta mayoritariamente por adolescentes indefensos.
Testigos han reportado que varios estudiantes resultaron heridos, algunos con contusiones graves, y que al menos 15 jóvenes fueron detenidos, aumentando la sensación de represión entre los manifestantes y sus familias.
El contexto de la manifestación refleja un creciente descontento con el sistema educativo español y la gestión de la PAU, una prueba que ha sido objeto de numerosas críticas por su falta de equidad y transparencia. Los estudiantes exigen respuestas claras y justas, argumentando que la incertidumbre sobre los exámenes afecta gravemente su preparación y bienestar psicológico.
Diversos sindicatos estudiantiles y colectivos en defensa de la educación han condenado la represión policial y han hecho un llamado urgente para que se respeten los derechos de los jóvenes a manifestarse sin miedo a la violencia.
La comunidad educativa en Murcia y en toda España sigue a la espera de respuestas y soluciones que pongan fin a este clima de tensión, pero lo que queda claro es que la represión no puede ser la respuesta a las demandas legítimas de los estudiantes.
Fuentes: Izquierda Diario, Amnistía Internacional, El País