La autorización para la construcción de una balsa de residuos tóxicos con capacidad para 15 millones de metros cúbicos en la Sierra de Huelva, por parte del alto cargo a la empresa minera en la que trabaja su hermano, ha generado controversia y preocupación entre ecologistas y vecinos locales.
Los datos de la controversia
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El delegado territorial en Huelva de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Pedro Yórquez Sancha, firmó el 28 de agosto la autorización ambiental para la balsa de residuos tóxicos que planea construir la empresa minera Sandfire-MATSA. La balsa, conocida como «instalación de gestión de tailings», se ubicará en el municipio de Cortegana, a unos 700 metros de las casas de Valdelamusa.
Preocupación de vecinos y ecologistas
La autorización ha sido cuestionada por ecologistas y vecinos locales, quienes argumentan que la balsa podría afectar la calidad del agua y la salud de la población debido a su alto contenido en metales pesados. La empresa y el Gobierno andaluz sostienen que el hermano del delegado no ha participado en el proyecto y que todo se ha realizado conforme a la legislación vigente.
Recogida de firmas y cauces legales
Los ecologistas han expresado su preocupación por el impacto ambiental del proyecto, especialmente considerando que la instalación se encuentra sobre un embalse estratégico en caso de emergencia por sequía. Además, los vecinos locales han iniciado una campaña de recogida de firmas y han presentado recursos de alzada para modificar la Autorización Ambiental Unificada (AAU).
Incompatibilidad de intereses familiares y profesionales
La construcción de la balsa de residuos tóxicos ha generado un debate significativo sobre la compatibilidad de los intereses familiares y profesionales, así como sobre el impacto ambiental y social del proyecto. La situación sigue siendo objeto de atención y posible revisión por parte de las autoridades competentes.
Fuente: eldiario.es