En las últimas semanas, se ha intensificado una ola de censura en redes sociales, especialmente en Instagram y Facebook, en torno a las publicaciones relacionadas con Palestina.
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Usuarios de todo el mundo han denunciado que sus contenidos han sido eliminados, restringidos o etiquetados como «sensibles», bajo la justificación de cumplir con las políticas de la plataforma. Sin embargo, muchos se preguntan si hay algo más profundo detrás de estas acciones.
Las quejas comenzaron a resonar cuando cuentas de activistas pro-palestinos y medios alternativos reportaron que Meta, la empresa matriz de estas redes sociales, estaba implementando una estrategia de supresión sistemática de contenido relacionado con los abusos de derechos humanos en Palestina.
Fotografías, videos y textos que denunciaban la violencia en la región han sido bloqueados o sometidos a shadowbanning, lo que limita su alcance sin que el usuario lo note.
Influencia del lobby y la presión política
Es imposible desvincular estas acciones de la presión que ejercen grupos de interés y gobiernos que apoyan a Israel. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que las grandes corporaciones tecnológicas, bajo la excusa de evitar el discurso de odio, están favoreciendo la narrativa israelí y silenciando a las voces que defienden los derechos del pueblo palestino.
Tal es el caso de la Electronic Frontier Foundation (EFF), que ha señalado que el lobby pro-israelí tiene un peso considerable en las decisiones de las plataformas.
Este escenario no es nuevo. En conflictos anteriores, como la guerra de Gaza en 2021, ya se evidenció una política de censura activa sobre contenido relacionado con Palestina. Lo preocupante es que ahora, con el auge de la inteligencia artificial y los algoritmos automatizados, esta censura puede ser más amplia y difícil de detectar.
Meta responde, pero no convence
Ante el aluvión de denuncias, Meta emitió un comunicado en el que asegura que sus políticas están diseñadas para «garantizar la seguridad» de sus usuarios y evitar «el fomento de la violencia».
No obstante, muchos cuestionan si estas medidas son realmente neutrales o responden a intereses geopolíticos y económicos. Las críticas señalan que mientras se censura contenido palestino, se permite la proliferación de mensajes que promueven la ocupación y el conflicto armado.
Fuentes: EFF, Al Jazeera.