Los tomates, un alimento básico en la dieta mediterránea, se han convertido en el producto hortofrutícola con más plaguicidas en España. Según un informe de Ecologistas en Acción, se han detectado hasta 31 tipos diferentes de plaguicidas en los tomates vendidos en el país. Este hallazgo pone en evidencia la necesidad urgente de revisar las prácticas agrícolas y promover una sostenibilidad alimentaria.
Impacto de los plaguicidas en la salud
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El informe, basado en análisis de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), revela que los tomates no son los únicos afectados. Lechugas, mandarinas, naranjas y fresas también presentan altos niveles de plaguicidas, con hasta 23 tipos diferentes en lechugas y 21 en mandarinas, naranjas y fresas. Estos plaguicidas incluyen sustancias no autorizadas y disruptores endocrinos, que pueden alterar el sistema hormonal y tener efectos cancerígenos.
Cifras reveladoras
- 106 plaguicidas detectados en alimentos vendidos en España en 2022.
- 59 disruptores endocrinos, incluyendo el DDT.
- 32 plaguicidas no autorizados en la Unión Europea.
- 17 plaguicidas candidatos a ser sustituidos por sus efectos tóxicos.
Necesario el enfoque en sostenibilidad alimentaria
La presencia de plaguicidas en alimentos de consumo diario subraya la importancia de adoptar prácticas agrícolas más sostenibles. La agricultura ecológica y el uso de plaguicidas naturales pueden ser alternativas viables para reducir la carga tóxica en nuestros alimentos. Además, es crucial fomentar la transparencia y la responsabilidad en la cadena de suministro alimentaria.
La sostenibilidad alimentaria no es solo una tendencia, sino una necesidad urgente para proteger nuestra salud y el medio ambiente. Los consumidores tienen el poder de influir en el mercado optando por productos ecológicos y apoyando políticas que promuevan prácticas agrícolas sostenibles.
Fuente: efeverde.com