La cotorra de Kramer, originaria de África, ha encontrado un nuevo hogar en Europa. Este exótico ave, conocida por su inteligencia, puede memorizar y reproducir hasta 250 palabras si las escucha con frecuencia.
Lee también: Al acecho especies invasoras en ríos de España
En 2009, la cotorra de Kramer se estableció en Bucarest, Rumanía, tras escapar de cautiverio. Su población ha crecido desde entonces, consolidándose en parques como Tineretului e Istiklariei. «Estas aves son persistentes y han creado una población estable», explica Dani Drăgan.
La cotorra de Kramer es ahora común en España. Según SEO/BirdLife, hay entre 2.884 y 2.986 ejemplares en el país. Andalucía y Madrid tienen las poblaciones más grandes, con 1.400 y 800 cotorras respectivamente. Tenerife también alberga alrededor de 370 ejemplares.
Impacto ambiental
La cotorra de Kramer está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. Esta clasificación se debe a los problemas que causa a la fauna autóctona y los daños a la vegetación y la agricultura. Su capacidad para adaptarse y reproducirse rápidamente la convierte en una amenaza ambiental significativa.
La cotorra de Kramer se registró por primera vez en Europa en el Reino Unido en 1855. Desde entonces, se ha expandido a países como Holanda, Bélgica, Francia, Alemania, Austria, Eslovenia, Italia y Turquía. En Inglaterra, se han visto cotorras en libertad desde 1969.
Origen y distribución en África
La cotorra de Kramer es originaria del sur del Sahara, desde Mauritania hasta Etiopía y Somalia. En su hábitat natural, estas aves viven en grandes bandadas y se alimentan de una variedad de frutas, semillas y cultivos.
La cotorra de Kramer pertenece a la familia Psittaculidae. Se distingue por su pico curvo rojo y una larga cola que puede medir entre 15 y 18 cm. Los machos adultos tienen un anillo rosa y negro en el cuello, mientras que las hembras y los jóvenes carecen de este distintivo o lo tienen de color gris. Su color verde es característico en la naturaleza.
Inteligencia y capacidad de imitación
Una de las características más sorprendentes de la cotorra de Kramer es su capacidad para imitar sonidos. Pueden reproducir desde el timbre del teléfono hasta el canto de otros pájaros y palabras humanas si las escuchan con frecuencia. Esta habilidad las hace populares como mascotas, pero también contribuye a su invasión y proliferación en áreas urbanas.
La expansión de la cotorra de Kramer en Europa y España plantea un desafío ambiental. Es crucial tomar medidas para controlar su población y mitigar los impactos negativos en la fauna y flora autóctonas. La inteligencia y adaptabilidad de estas aves las convierten en una especie fascinante, pero también en una amenaza ecológica que no debe subestimarse.
Fuente: The Huffpost