Pilar 
El acusado ha sido declarado culpable del delito de violentar la integridad moral de Vinicius Junior y Antonio Rüdiger. Archivo: El Solidario
Hace exactamente un año, Lamine Yamal, entonces con 16 años, sufría gritos racistas en el Santiago Bernabéu durante un Clásico, un episodio que destapó la persistencia del racismo en el fútbol español. Doce meses después, las estadísticas muestran avances legales pero escaso cambio real: las denuncias por incidentes racistas aumentaron un 37% en la temporada 2024/25.
El caso Yamal marcó un punto de inflexión:
- Primera sanción económica aplicada por el Comité Antiviolencia (€60,000 al Real Madrid)
- Protocolo reforzado con cámaras de reconocimiento facial en estadios
- 12 aficionados identificados y vetados de recintos deportivos en lo que va de año
Sin embargo, jugadores como Vinicius Jr. (víctima en 8 partidos distintos) o Iñaki Williams siguen denunciando agresiones. «Cuando marcas, callan; cuando pierdes, resurge el monstruo», declaró Yamal esta semana. Los datos revelan que:
- El 70% de los insultos provienen de menores de 30 años (Estudio CSD)
- Solo el 5% de las denuncias acaban en condena
- Montjuïc y Mestalla son los estadios con más incidentes tras el Bernabéu
LaLiga ha implementado un botón de denuncia inmediata en su app (usado 214 veces esta temporada), mientras la RFEF prepara una campaña con jugadores de la Selección.
El fútbol sigue siendo un espejo social: los estadios amplifican lo que la calle susurra. Los protocolos son necesarios, pero insuficientes. ¿Servirá de algo que Yamal luzca el ‘1’ del Barça mientras algunos aficionados siguen tarareando viejos odios? La educación, no las multas, escribirá el final de esta historia.
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