
Archivo/ELSOLIDARIO.Recreación de un satélite orbitando la TierraSHUTTERSTOCK.
El cambio climático, tradicionalmente asociado a fenómenos como el aumento de temperaturas, sequías e inundaciones, ahora extiende su sombra al espacio exterior. Recientes estudios revelan que el calentamiento global podría comprometer la seguridad y operatividad de los satélites en órbita terrestre baja, afectando servicios esenciales como comunicaciones, navegación y observación terrestre.
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La termosfera, capa de la atmósfera donde orbitan la Estación Espacial Internacional y numerosos satélites, está experimentando una contracción debido al incremento de gases de efecto invernadero. Esta reducción en la densidad atmosférica disminuye la resistencia que ayuda a desorbitar desechos espaciales, permitiendo que permanezcan más tiempo en órbita y aumentando el riesgo de colisiones .
Investigaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Birmingham advierten que, de continuar las tendencias actuales, la capacidad de carga de satélites en órbita terrestre baja podría reducirse entre un 50% y un 66% para finales de siglo . Esto implica que el espacio disponible para operar satélites de manera segura se verá significativamente limitado, afectando tanto a los dispositivos actuales como a futuras misiones.
El cielo se está cayendo
Los científicos han confirmado que la contracción de la termosfera no se debe al ciclo solar de 11 años, sino al impacto del cambio climático. William Parker advierte que «el cielo se está cayendo literalmente», ya que la disminución de la densidad atmosférica afecta la resistencia de los satélites. Matthew Brown destaca que los efectos del calentamiento global llegan hasta el espacio. Actualmente, más de 10.000 satélites orbitan la Tierra, brindando servicios esenciales como internet y navegación. Sin embargo, el aumento de satélites y la acumulación de desechos espaciales incrementan el riesgo de colisiones, lo que podría comprometer la seguridad en órbita.
Saturación orbital por Starlink
El estudio proyecta cambios en la atmósfera hasta el año 2100, pero ya hay regiones saturadas de satélites, especialmente debido a megaconstelaciones como Starlink de SpaceX. Linares advierte que el cambio climático reducirá la capacidad orbital, mientras que Parker señala que en los últimos cinco años se han lanzado más satélites que en las seis décadas anteriores. Esto plantea dudas sobre la sostenibilidad del actual crecimiento en el número de satélites y la seguridad en el espacio.
Además, la termosfera atraviesa ciclos naturales de contracción y expansión cada 11 años, vinculados a la actividad solar. Sin embargo, en la última década, se ha observado una contracción mayor de lo esperado, lo que añade incertidumbre al comportamiento de los satélites y al entorno orbital.
La acumulación de desechos espaciales ya es una preocupación. Según Ismael López, CEO de Thales Alenia Space en España, existen más de un millón de fragmentos de basura espacial en órbita, lo que subraya la necesidad de medidas para mitigar este problema.
El calentamiento global no solo transforma nuestro planeta, sino que también amenaza la infraestructura crítica en órbita. Sin una acción decidida para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y gestionar responsablemente nuestras actividades espaciales, corremos el riesgo de comprometer servicios esenciales y la seguridad en el espacio.
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