La proliferación de plantas de biometano en Castilla y León ha encendido el debate sobre los límites del desarrollo energético y el impacto en el medioambiente. Tras el ‘boom’ de energías renovables y macrogranjas , ahora los colectivos vecinales y ecologistas alzan la voz contra estas nuevas instalaciones que, si bien prometen ser una fuente alternativa de energía, también plantean riesgos para el entorno y la calidad de vida de las comunidades.
Te puede interesar: El alcohol y la cocaína, una combinación que está destruyendo la salud de los jóvenes
Crecimiento energético, ¿a qué costo?
Castilla y León ha sido escenario de un crecimiento masivo de infraestructuras como parques eólicos, plantas solares y macrogranjas en los últimos años. Según datos oficiales, en 2024 la región generó más del 40% de la energía renovable de España , posicionándose como líder en el sector. Sin embargo, este desarrollo ha traído consigo polémicas por la ocupación de suelos agrícolas, el aumento de emisiones de amoníaco y los daños en la biodiversidad local.
Ahora, las plantas de biometano se suman al panorama. Estas instalaciones transforman residuos orgánicos, como purines y restos agrícolas, en gas metano apto para consumo energético. Aunque este proceso busca reducir la dependencia de combustibles fósiles, también implica riesgos como la proliferación de malos olores, mayor tráfico de camiones y posibles fugas de metano, un gas de efecto invernadero altamente perjudicial.
La resistencia de las comunidades rurales.
Organizaciones ciudadanas como Salvemos la Montaña y Greenpeace Castilla y León han manifestado su rechazo a los proyectos de biometano. Argumentan que estas plantas agravan los problemas ya generados por las macrogranjas y exigen una transición energética verdaderamente sostenible .
«Entendemos la necesidad de alternativas energéticas, pero estas plantas no benefician a las comunidades locales; solo perpetúan un modelo industrial que agota nuestros recursos y contamina nuestro entorno», señala un portavoz de Salvemos la Montaña.
Los datos reflejan la preocupación: en 2024, las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de actividades agroindustriales aumentaron un 15 % en Castilla y León , según el Ministerio para la Transición Ecológica.
¿Es el biometano una solución o una amenaza?
Aunque el biometano se presenta como una alternativa renovable, los expertos advierten que no debe considerar una solución universal. «La clave está en cómo se gestiona. Si las plantas se construyen sin control adecuado, el impacto puede ser mayor que el beneficio», destaca un ingeniero ambiental de la Universidad de Valladolid.
¿Puede la transición energética avanzar sin sacrificar la calidad de vida y la biodiversidad?
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario; Instragam: @elsolidariorg TikTok: @elsolidarionews; Facebook: @ElSolidario