Marita 
Tomada de López Doriga: California entre las ciudad que más contaminan.
Los impactos irreversibles del consumo masivo y la falta de regulación ambiental.
Según expertos en cambio climático, Estados Unidos está desempeñando un papel clave en la degradación atmosférica global debido a su elevado consumo de recursos y emisiones contaminantes. La ciencia alerta de un punto de no retorno que amenaza no solo a la biodiversidad, sino a la capacidad del planeta para sostener la vida tal como la conocemos.
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De la industrialización al colapso ambiental
Desde la revolución industrial, Estados Unidos ha liderado el desarrollo tecnológico y económico, pero también ha sido uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero.
Actualmente, el país no solo está emitiendo CO₂ en cantidades alarmantes, sino que sus prácticas industriales y agrícolas intensivas están agotando los recursos naturales y alterando los ciclos atmosféricos globales.
Los científicos afirman que los niveles actuales de absorción atmosférica —entendidos como el deterioro de la calidad del aire, el agotamiento del ozono y el aumento de partículas nocivas— son insostenibles y ya están causando impactos irreversibles.
Organizaciones ambientales y expertos advierten que el sistema de producción y consumo estadounidense no solo afecta a sus fronteras, sino que también agrava las desigualdades globales al exportar sus residuos y presionar los recursos de otros países. Además, el debilitamiento de políticas ambientales en años recientes ha acelerado este proceso, dejando poco margen para la recuperación del equilibrio planetario.
¿Se puede revertir este escenario?
Si bien el panorama es desolador, los expertos insisten en que la transición hacia un modelo sostenible es posible si se actúa con rapidez y determinación. Estados Unidos tiene el potencial de liderar un cambio global mediante la inversión en energías limpias, la promoción de prácticas agrícolas regenerativas y la implementación de estrictas regulaciones ambientales. Sin embargo, esto requiere un cambio cultural y político significativo.
¿Será Estados Unidos capaz de asumir su responsabilidad global y tomar medidas reales para frenar el colapso ambiental?
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