Millones de animales mueren atropellados cada año en las carreteras españolas, una cifra alarmante que recalca la urgencia de abordar este problema medioambiental.
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Según estudios recientes, hasta 55 millones de animales vertebrados mueren cada año atropellados en España. Estos accidentes afectan no solo a la biodiversidad, sino también a la seguridad vial.
Especies como jabalíes, zorros y aves son las más afectadas, mientras que los puntos negros de mortalidad animal suelen coincidir con carreteras que cruzan hábitats naturales.
Un informe alerta sobre la alta mortalidad de anfibios en las carreteras españolas, con una estimación de 9,7 millones de ejemplares muertos anualmente. Este grupo es especialmente vulnerable, ya que enfrenta múltiples amenazas como el cambio climático, la contaminación y la destrucción de hábitats, además de enfermedades infecciosas como la quitridiomicosis.
Los accidentes
Un informe sobre la mortalidad de vertebrados en carreteras destaca que en 2022 se registraron más de 35.000 accidentes relacionados con animales grandes, como jabalíes y corzos, según datos de la DGT. El documento resalta la relevancia de los datos recopilados para evaluar el impacto de las infraestructuras de transporte en la fauna, subrayando la magnitud de la información recogida y su potencial para implementar medidas de mitigación y conservación.
Las carreteras agravan su situación, poniendo en riesgo su ya delicado estado de conservación y generando preocupaciones sobre su supervivencia a largo plazo.
El impacto ambiental es significativo, ya que muchas especies protegidas también se ven involucradas. Además, el riesgo para los conductores es elevado, con accidentes que en ocasiones resultan fatales. Expertos señalan que una mejor señalización, pasos de fauna y campañas de concienciación pueden reducir estas cifras.
Las autoridades están trabajando en estrategias para minimizar estos incidentes, pero la solución requiere un esfuerzo conjunto entre gobiernos, conductores y organizaciones ambientales.
La pérdida de fauna no solo representa un desastre ecológico, sino también una amenaza para el equilibrio de los ecosistemas. Es crucial que se intensifiquen las medidas para proteger tanto a los animales como a los usuarios de las carreteras.
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