En las prisiones israelíes, cientos de menores palestinos sufren diariamente maltrato físico y psicológico. Este fenómeno, ampliamente documentado por diversas organizaciones de derechos humanos, evidencia una situación alarmante. Niños pueden terminar tras las rejas simplemente por lanzar piedras o manifestarse contra la ocupación. Uno de los casos más conocidos es el de Ahed Tamimi, quien a los 11 años desafió a un soldado israelí. Tamimi se convirtió en un símbolo de la resistencia palestina y fue encarcelada en varias ocasiones por su activismo.
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Según Defense for Children International Palestine (DCIP), entre 500 y 700 niños palestinos son detenidos cada año por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). La organización Save The Children (STC) estima cifras similares. Señala que incluso menores de 12 años, la edad mínima legal para ser juzgados en Israel, son arrestados.
Condiciones en prisión y justicia militar
Tras los atentados del 7 de octubre, la situación ha empeorado notablemente. Según la Asociación Palestina de Apoyo a Prisioneros y Defensa de los Derechos Humanos (Addameer), a principios de julio de 2024, 250 niños palestinos se encontraban entre rejas. Esta cifra representa el 2,5% de las 9.700 personas encarceladas por Israel. Organismos internacionales como la ONU han denunciado estas prácticas, aunque sin cifras concretas. La detención administrativa permite arrestos sin cargos formales. Estos niños son juzgados por tribunales militares; algo que Save The Children califica como «muy anómalo» y único en el mundo.
Este sistema incluye menos garantías procesales, sanciones más severas y condiciones de reclusión más duras. El caso de Ahmad Manasra, detenido a los 13 años y condenado a 12 años de prisión, es un ejemplo extremo. Manasra fue sometido a malos tratos y aislamiento, resultando en severas secuelas psicológicas.
Violencia y efectos psicológicos en menores palestinos
Un estudio de Save The Children revela que el 58% de los menores detenidos fueron privados de contacto con sus familias. Además, cuatro de cada cinco niños son golpeados durante su detención y el 42% sufren heridas al ser arrestados. La violencia sexual también es una denuncia recurrente. El aislamiento, utilizado frecuentemente, causa graves daños psicológicos, contraviniendo la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU. «Todo esto es tortura psicológica», denuncian desde Save The Children.
Daños colaterales y deshumanización
El trato brutal a los niños palestinos refleja un profundo deterioro moral en la sociedad israelí, señala el exsoldado y activista Yehuda Shaul. La estrategia de deshumanización incluye la invisibilización de las víctimas palestinas. Sin cifras claras ni nombres, los niños palestinos desaparecidos parecen no existir, mientras sus contrapartes israelíes reciben amplia cobertura mediática.
Esta cruda realidad subraya la urgente necesidad de una intervención internacional para proteger los derechos de los menores palestinos y poner fin a su sufrimiento en las prisiones israelíes.
*Con información de Público