La devastación causada por la DANA deja a Valencia con un récord alarmante: los desechos recogidos tras el temporal alcanzan volúmenes equivalentes a un cuarto de siglo de desperdicios de muebles en la ciudad.
Cientos de toneladas de residuos invaden las calles de Valencia, una ciudad que lucha por recuperarse del paso de una DANA histórica. Restos de muebles, electrodomésticos, madera y escombros forman un panorama desolador que ilustra el impacto medioambiental y social de un fenómeno que arrasó con hogares y esperanzas en cuestión de horas. La cantidad de desechos acumulados ya supera lo que Valencia desecha en 25 años en términos de mobiliario urbano.
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La Unidad de Residuos y Limpieza ha confirmado que los operativos desplegados han recolectado más de 30.000 toneladas de material, una cifra nunca vista en la ciudad. Mientras los camiones trabajan sin descanso para despejar calles y evitar riesgos sanitarios, los ciudadanos enfrentan una doble tragedia: la pérdida de pertenencias y el deterioro ambiental de su entorno.
Cuidado: la naturaleza responde sin avisar
Las zonas más afectadas, como los barrios de Ruzafa y Patraix, muestran un paisaje que recuerda escenas post-apocalípticas, con montañas de basura que crecen cada día. «Es como si la DANA se hubiera llevado no solo nuestras cosas, sino también nuestra tranquilidad», comenta Marta, una vecina que perdió todo su mobiliario.
Más allá del impacto material, surge la pregunta inquietante: ¿estamos preparados para enfrentar las consecuencias del cambio climático? La DANA es solo un recordatorio de que la naturaleza no avisa, pero siempre cobra. ¿Qué estamos dispuestos a cambiar para evitar un futuro donde estas cifras sean la norma y no la excepción?
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