Auge de la ultraderecha en el Senado es un escenario de retroceso en derechos humanos en España
María Luisa Abarca Sánchez 
Imagen de rtve.es : El Solidario. Manifestantes durante la VI Cumbre Transatlántica organizada por la Red Política de Valores.
El Senado español se ha convertido en el epicentro de la controversia al acoger la VI Cumbre Transatlántica organizada por la Red Política de Valores, un evento con un marcado carácter ultra conservador que ha encendido las alarmas entre feministas y defensores de los derechos humanos. La reunión, que promete promover «la cultura de la vida«, incluye a ponentes como el político keniano George Peter Kaluma, conocido por sus posturas extremas contra las personas LGTBIQ+, y figuras vinculadas a movimientos ultraderechistas internacionales, como José Antonio Kast y Brian Brown.
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El evento, autorizado por la Mesa del Senado con votos del PP, se publicitó inicialmente como un acto oficial de la Cámara, generando rechazo tanto en sectores progresistas como en amplios colectivos feministas y LGTBIQ+. La Coordinadora Feminista Estatal denunció que el Senado se esté usando para legitimar discursos que atentan contra derechos fundamentales, como el aborto y la diversidad sexual.
Mientras que el PP defiende el evento como una cesión legítima del espacio público, partidos como Sumar, Podemos y otros grupos políticos han calificado la cumbre como una amenaza para los avances sociales logrados en las últimas décadas. Según la ministra de Igualdad, Ana Redondo, esta reunión simboliza un retroceso hacia un modelo patriarcal que España dejó atrás hace años.
La cumbre coincide con un contexto internacional donde la extrema derecha busca influir en instituciones democráticas, utilizando narrativas que vinculan la defensa de «la familia tradicional» con restricciones al aborto y a los derechos de las minorías. Este tipo de eventos refuerza dinámicas de exclusión y perpetúa discursos de odio que afectan directamente a mujeres y personas LGTBIQ+.
Frente a estos intentos de retroceso, es crucial recordar que la igualdad y los derechos humanos no son negociables. Cada ataque a los derechos reproductivos y a la diversidad es un paso atrás que compromete el futuro de una sociedad inclusiva y democrática.
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