Lo colonos israelíes han ocupado 3.570 metros cuadrados de tierras palestinas, por hora, una cifra que refleja la intensificación de las tensiones en la región. Esta ocupación masiva y sistemática ha sido documentada por organizaciones de derechos humanos y genera una creciente preocupación internacional.
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Un despojo de tierras acelerado y descarado
El 7 de octubre marcó el inicio de una nueva ola de ocupaciones en Cisjordania. Según los datos recopilados por Peace Now, una organización israelí de derechos humanos, en las últimas semanas se ha acelerado el ritmo de despojo de tierras palestinas. Esta situación no solo exacerba la tensión entre las comunidades, sino que también dificulta cualquier avance hacia una solución pacífica y justa en la región.
Las cifras son alarmantes: desde esa fecha, se han ocupado más de 600.000 metros cuadrados de tierras palestinas.
Estos territorios, que tradicionalmente han sido utilizados para la agricultura y la vivienda, están siendo arrebatados a sus propietarios legítimos. Las familias palestinas afectadas se enfrentan a desalojos forzados y la destrucción de sus medios de vida.
Reacciones Internacionales
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por esta situación. Diversos organismos de derechos humanos han condenado estas acciones y han instado al gobierno israelí a detener la expansión de los asentamientos. Sin embargo, la respuesta del gobierno ha sido la de continuar apoyando a los colonos, lo que agrava aún más el conflicto.
¡Qué pare el genocidio y la ocupación!
La ocupación de tierras palestinas por colonos israelíes no solo viola los derechos de las familias palestinas, sino que también contraviene el derecho internacional. Es imperativo que la comunidad internacional tome medidas concretas para poner fin a estas prácticas y promover una solución pacífica y sostenible en la región.
La ocupación acelerada de tierras palestinas desde el 7 de octubre subraya la necesidad urgente de intervención internacional y de un compromiso renovado con los derechos humanos. La comunidad internacional debe actuar para detener esta injusticia y trabajar hacia una paz duradera y equitativa en el conflicto israelo-palestino.