
Archivo/ELSOLIDARIO. Desde hace años, el gobierno de Orbán ha endurecido su retórica y sus políticas contra la comunidad LGTBIQ+ en Hungría.
La exposición ‘Diversidad en libertad’, organizada por el colectivo Lambda en el centro juvenil de Gandía, amaneció este lunes cubierta de pintadas con esvásticas y consignas como «No a la degeneración del pueblo». Este ataque, ocurrido en plena celebración del Mes de la Diversidad, ha encendido las alarmas sobre el auge de la ultraderecha en la región, donde los delitos de odio han aumentado un 62% en el último año según datos de Interior.
El acto vandálico, que incluyó la destrucción de fotografías y material didáctico, se produjo apenas horas después de un mitin de Vox en la localidad. La alcaldesa, Josep Ferrer, ha calificado los hechos de «terrorismo fascista» y ha anunciado que las cámaras de seguridad han identificado a tres sospechosos vinculados a grupos neonazis. Mientras, el Mossos d’Esquadra investiga si existe conexión con otros 11 ataques similares ocurridos en Valencia y Alicante desde enero.
La exposición, que mostraba 40 años de lucha LGTBI en la Comunitat, incluía testimonios de víctimas de la Ley de Peligrosidad Social franquista. «Han querido borrar nuestra memoria, pero solo han conseguido hacernos más fuertes», declaró Ximo Cádiz, coordinador de Lambda, mientras decenas de vecinos acudían espontáneamente a limpiar las pintadas.
Este episodio coincide con el debate parlamentario sobre la nueva Ley valenciana contra la LGTBIfobia, que prevé multas de hasta 50.000 euros por actos discriminatorios. Organizaciones como Amnistía Internacional exigen que se tipifique como delito penal la incitación al odio, actualmente considerado solo falta.
Gandía lo ha entendido: tras limpiar las paredes, han ampliado la exposición una semana más.
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