El 29 y 30 de noviembre, València se convirtió en el epicentro de una protesta masiva que reunió a más de 100.000 personas, todas unidas por un objetivo común: exigir la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana.
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La indignación popular se desbordó tras la gestión deficiente de la dana por parte del Partido Popular, que dejó a miles de valencianos sin ayuda adecuada y en medio de una vorágine burocrática.
La manifestación, convocada por una red de más de 50 entidades cívicas, sociales y sindicales, comenzó en la plaza del Ayuntamiento y recorrió las principales calles de la ciudad hasta llegar a la plaza de la Virgen.
Los manifestantes, portando pancartas con lemas como «Mazón dimisión» y «No son muertos, son asesinatos», expresaron su rabia y frustración por la falta de respuesta efectiva del gobierno autonómico.
Un mes después de la catástrofe, las necesidades básicas de los afectados siguen sin ser cubiertas. La gestión de la dana ha sido calificada como «criminal» por los organizadores de la protesta, quienes denuncian que la militarización del gobierno y la adjudicación de contratos millonarios a empresas vinculadas a casos de corrupción han agravado la situación.
La falta de suministros esenciales, vivienda y transporte público adecuado ha dejado a miles de personas en una situación de vulnerabilidad extrema.
Mazón debe responder por su mala gestión
La respuesta del gobierno de Mazón ha sido considerada insuficiente y tardía. La activación del sistema ES-Alert, que llegó cuando la catástrofe ya estaba en pleno desarrollo, es solo un ejemplo de la ineficacia de las autoridades.
Los manifestantes también criticaron la falta de disculpas y explicaciones razonables por parte del presidente de la Generalitat, quien ha sido acusado de vender humo y no asumir responsabilidades.
La protesta del 29 y 30 de noviembre no es un hecho aislado. Hace apenas tres semanas, otra manifestación reunió a 130.000 personas con el mismo objetivo: exigir la dimisión de Mazón.
La ciudadanía valenciana ha demostrado una vez más su capacidad de organización y su determinación para luchar por una gestión justa y eficiente. La demanda es clara: Carlos Mazón debe dimitir para que la reconstrucción y reparación de los daños causados por la dana puedan llevarse a cabo de manera efectiva y con justicia para todos los afectados.
¿Crees que Carlos Mazón debe dimitir por su gestión frente a la dana? Te leo en los comentarios.
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