
Una falla innovadora que recuerda a la DANA y su gente / LP / El Solidario
El arte fallero que denuncia y recuerda
En pleno corazón de Valencia, la falla ‘Nada’, creada por la comisión Doctor Serrano – Carlos Cervera, rompe moldes. Su mensaje va más allá del espectáculo: es un grito por la memoria y la prevención. En lugar de figuras tradicionales, el monumento lanza una crítica social sobre las consecuencias humanas y ambientales de la DANA de 2024.
Un monumento con conciencia social y ecológica
Diseñada por el artista Juanjo García, la falla se presenta vacía, pero cargada de significado. La ausencia visual es una metáfora de lo que dejó la catástrofe: casas vacías, paisajes arrasados, vidas suspendidas. Esta innovadora propuesta busca que la ciudadanía reflexione sobre la fragilidad del entorno y la urgencia climática.
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El arte fallero como altavoz ciudadano
Más allá del homenaje a las víctimas y voluntarios, ‘Nada’ invita a exigir a las instituciones medidas concretas. Políticas públicas que fortalezcan infraestructuras sostenibles y redes de apoyo social, evitando que episodios como la DANAvuelvan a golpear a los más vulnerables. A través del arte y la cultura, la ciudadanía también levanta su voz, reclamando justicia climática y compromiso político.
Cada día, a las 8:11 horas, la falla ‘Nada’ se convierte en escenario de un emotivo acto simbólico. A esa hora exacta, un sonido ambiental resuena entre las figuras vacías, recordando el momento en que la DANA alcanzó su mayor intensidad y cambió la vida de cientos de personas. Esta intervención no solo rinde homenaje a las víctimas, sino que invita a los visitantes a detenerse, reflexionar y tomar conciencia del impacto humano y ecológico de los fenómenos climáticos extremos. Una llamada silenciosa, pero poderosa, para no normalizar el olvido.
Moldear el futuro desde la memoria
Es justamente desde esa memoria activa que debemos exigir respuestas. Las políticas públicas no pueden limitarse a gestionar las consecuencias, sino que deben adelantarse para proteger a las comunidades. Las Fallas, como manifestación cultural, se convierten así en un espejo que nos interpela: ¿Qué futuro estamos construyendo si no exigimos hoy compromisos reales frente a la emergencia climática?
Las Fallas son patrimonio, pero también un espejo social. Cada monumento refleja cómo queremos recordar el pasado y construir el futuro. Frente a la emergencia climática, arte y ciudadanía exigen acción: porque la cultura también tiene el poder de transformar conciencias y políticas.
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