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Imagen: eldiario.es. El Solidario. Fotograma de la serie 'Custodia repartida'. Disney+
La maternidad en edades avanzadas, especialmente a partir de los 40 o 50 años, es una tendencia creciente en nuestra sociedad.
Esta decisión, influenciada por diversos factores sociales y personales, conlleva una serie de ventajas y desafíos que afectan tanto a madres como a padres.
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Beneficios de la maternidad tardía
Las mujeres que optan por ser madres después de los 40 suelen contar con una mayor madurez emocional y estabilidad económica.
Esta madurez les permite enfrentar los desafíos de la crianza con una perspectiva más serena y equilibrada.
Además, al haber alcanzado una posición laboral consolidada, disponen de recursos financieros que facilitan la educación y el bienestar de sus hijos.
Según un informe de la Universidad de Harvard, las mujeres mayores de 40 años tienen más probabilidades de contar con recursos financieros para proporcionar a sus hijos una vida cómoda y segura.
Desde el punto de vista de la salud, algunos estudios sugieren que las mujeres que tienen hijos más tarde viven más años debido a factores genéticos que les permiten ser más longevas.
El genetista José Miguel García Sagredo señala que ser madre a una edad avanzada es un indicador de mayor esperanza de vida.
Desafíos asociados a la maternidad en edades avanzadas
No obstante, la maternidad tardía también presenta desafíos significativos.
Desde el punto de vista médico, las mujeres mayores de 35 años enfrentan un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, como hipertensión, diabetes gestacional y mayor probabilidad de parto prematuro.
Además, las probabilidades de anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down, también aumentan con la edad materna.
En términos de energía y resistencia física, la crianza de un hijo requiere una vitalidad que puede verse disminuida con la edad.
Las madres y padres mayores pueden experimentar un agotamiento físico y emocional más pronunciado, conocido como «burnout» parental, debido a las altas exigencias de la crianza y las expectativas sociales.
Este fenómeno no solo afecta a nivel individual, sino que también es resultado de factores históricos, políticos y sociales que influyen en la experiencia de la maternidad.
Los expertos y estadísticas opinan
Expertos en salud y maternidad enfatizan la importancia de la planificación y el cuidado prenatal en mujeres de mayor edad.
La consulta de preconcepción es fundamental para evaluar riesgos y garantizar una gestación exitosa.
En Aragón, por ejemplo, la tasa de fertilidad ha disminuido significativamente, y este descenso está relacionado con la postergación de la maternidad a edades más avanzadas, principalmente entre los 30 y 40 años.
Estas edades incrementan el riesgo de complicaciones de salud y abortos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de la maternidad en España se mantuvo en 32,6 años en 2023, siendo la segunda más alta en la Unión Europea.
El número de nacimientos de madres de 40 o más años ha crecido un 19,1% en los últimos 10 años, representando el 10,8% de todos los nacimientos en 2023.
Recomendaciones para futuros padres y madres
Para aquellos que consideran la maternidad o paternidad en edades avanzadas, es esencial:
- Consulta médica previa al embarazo: Realizar un chequeo completo antes de concebir, incluyendo análisis genéticos y evaluación general de la salud.
- Establecer una red de apoyo: Contar con el respaldo de pareja, familia y amigos para enfrentar los desafíos de la crianza.
- Cuidar la salud física y emocional: Mantener un estilo de vida saludable, con ejercicio regular y una dieta equilibrada.
- Planificación financiera: Asegurar una estabilidad económica que garantice el bienestar del hijo a largo plazo.
La decisión de ser madre o padre a una edad avanzada es profundamente personal y debe basarse en una evaluación cuidadosa de las circunstancias individuales, siempre con el apoyo de profesionales de la salud y el entorno cercano.
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