Palma se levanta: Miles de ciudadanos exigen un cambio radical en el modelo turístico
Ebony Viola 
Archivo: Redes Sociales
La masificación turística
Este domingo, Palma de Mallorca se convirtió en el escenario de una poderosa manifestación, con más de 20,000 personas según la Policía Nacional y hasta 50,000 según los organizadores. Bajo el lema «Cambiemos el rumbo, pongamos límites al turismo», la protesta fue convocada por el colectivo ‘Menys turisme, més vida’, que reunió a 111 organizaciones, entre ellas grupos ecologistas, vecinales, sindicales, educativos y culturales.
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La crítica al modelo económico
Pere Joan Femenia, portavoz de ‘Menys turisme, més vida’, no escatimó en críticas al actual modelo turístico. Femenia enfatizó que «la población está harta de un modelo económico que no tiene en cuenta las problemáticas que genera en los residentes y», además, «sólo piensa en seguir creciendo».
Entre las demandas de la manifestación se encuentran la reducción del número de turistas, la regulación de la entrada de cruceros y aviones, y la implementación de una moratoria en el aumento de plazas turísticas. También se reclama un estudio exhaustivo de la capacidad de carga de las islas para evitar una mayor sobreexplotación del territorio.
Contra la desigualdad y la precariedad
Afirma Femenia: «Tenemos un 21% de población que está en riesgo de pobreza y, cada vez, la situación es más insostenible, por ello, este domingo, la población sale a manifestarse».
Femenia también arremetió contra aquellos que defienden que Baleares vive del turismo, argumentando que la riqueza generada por el sector no se distribuye equitativamente. Según datos recientes, el número de turistas está alcanzando cifras récord, con una media de 15 visitantes por residente. La manifestación finalizó en el Paseo del Borne con la lectura de un manifiesto que denunció el «drama» del acceso a la vivienda, el empobrecimiento de los trabajadores y la legalización de construcciones ilegales.
El colectivo ‘Menys turisme, més vida’ cerró el evento con un llamado a la movilización continua, exigiendo un cambio profundo en las políticas turísticas y económicas. La petición es clara: construir una sociedad más justa y sostenible, que respete tanto a sus habitantes como a su entorno.
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