El regreso del Talibán al poder ha traído una ola de opresión para las mujeres en Afganistán. Uno de los aspectos más oscuros de esta realidad es la obligación de algunas mujeres de regresar con sus exmaridos, de quienes ya se habían divorciado legalmente bajo el régimen anterior.
Esta situación es parte de una estrategia sistemática del Talibán para imponer una estricta interpretación de la ley islámica.
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La tragedia de Nazdana
Nazdana, una joven afgana de 20 años, es solo una de las víctimas de este regreso al pasado. A los siete años, su padre la comprometió con un hombre para resolver una disputa familiar; una práctica conocida como “mal matrimonio”. Aunque logró divorciarse tras años de lucha judicial, los talibanes revocaron su divorcio después de tomar el poder. Hoy en día, Nazdana se encuentra huyendo para evitar ser obligada a regresar con un hombre al que nunca quiso.
Esta es la realidad de muchas mujeres bajo el régimen talibán: perder derechos que ya habían ganado, incluso cuando esos derechos estaban respaldados por el sistema judicial anterior.
El impacto de la Sharia talibana en el matrimonio
Desde que los talibanes volvieron al poder en 2021, han reinstaurado su interpretación extrema de la Sharia (ley islámica). Con ese argumento anulan sentencias de divorcio previamente concedidas. Según los líderes talibanes, las decisiones judiciales del régimen anterior; incluidas las relacionadas con el divorcio, eran contrarias a la ley islámica. Así, las mujeres, que antes habían logrado escapar de matrimonios forzados, ahora se ven obligadas a regresar a esas situaciones sin posibilidad de apelación.
El nuevo sistema judicial talibán ha resuelto más de 355,000 casos desde su regreso. Muchos de estos involucran disputas matrimoniales. El resultado es devastador. Mujeres como Nazdana pierden su autonomía y son forzadas a vivir en matrimonios que habían dejado atrás por la fuerza de la ley.
Mujeres excluidas del sistema judicial
El régimen talibán ha eliminado a las mujeres del sistema judicial. Declaran que no están calificadas para ejercer como juezas. Esta decisión ha resultado en un retroceso en los derechos de las mujeres. También ha eliminado cualquier posibilidad de protección legal efectiva para las víctimas de la violencia de género.
Antes del regreso del Talibán, las mujeres juezas habían sido fundamentales en la creación de leyes diseñadas para proteger a las mujeres. Entre los instrumentos más importantes se encontraba la Ley de Eliminación de la Violencia contra la Mujer de 2009. Sin embargo, hoy en día, esas mismas juezas se ven obligadas a huir del país para proteger sus vidas.
Nazdana, como muchas otras mujeres, ha buscado ayuda en organizaciones internacionales como la ONU, pero su voz no ha sido escuchada. Mientras tanto, los talibanes continúan imponiendo su interpretación de la ley islámica, destruyendo los avances logrados en materia de derechos de las mujeres.
La comunidad internacional no puede seguir ignorando esta crisis. Es imperativo actuar con rapidez y contundencia para proteger a las mujeres afganas de los horrores del régimen talibán y defender su derecho a vivir libres y seguras.
Fuente: BBC Mundo