En Europa mueren 1,5 millones bebés prematuros al año mientras se prioriza el gasto militar

Cada año, 1,5 millones de bebés prematuros mueren en todo el mundo por no tener acceso a una incubadora, una tecnología básica que podría salvar miles de vidas. Mientras tanto, los gobiernos globales, incluidos los europeos, siguen inflando sus presupuestos de defensa, apostando por el rearme en lugar de por la vida.

En pleno siglo XXI, con una caída generalizada de la natalidad, es indignante que el derecho a nacer y a sobrevivir no esté garantizado en tantos rincones del planeta. Y más aún cuando vemos cómo se disparan las inversiones en armas y tecnología militar. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha liderado una estrategia de rearme europeo con miles de millones destinados a defensa, mientras la sanidad pública sufre recortes, y millones de recién nacidos pierden la vida por no contar con lo mínimo.

En muchos países del sur global, pero también en regiones empobrecidas de Europa, la falta de recursos en salud neonatal es una tragedia silenciada. No es casualidad. Las prioridades de los gobiernos están claras: proteger fronteras, no vidas. Y esto ocurre mientras se llenan la boca hablando de «futuro» y de «familia». ¿Qué futuro se puede construir dejando morir a bebés por no invertir en salud?

Es urgente repensar el modelo. Menos blindados, más incubadoras. Menos defensa militar, más defensa de la vida. Porque ningún misil justifica la muerte evitable de un recién nacido. La verdadera seguridad pasa por garantizar derechos básicos: nacer, vivir y crecer dignamente.

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Arturo.R

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