
Imagen de ntn24.com : El Solidario. Friedrich Merz gana las elecciones en Alemania.
El triunfo del conservador Friedrich Merz en las elecciones federales de Alemania ha dejado una victoria envenenada. Aunque su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), se alza como la fuerza más votada, el ascenso sin precedentes de la ultraderecha ha encendido todas las alarmas.
La Alternativa para Alemania (AfD), con un discurso xenófobo, antiinmigración y abiertamente hostil hacia los derechos LGTBIQ+, ha logrado su mejor resultado histórico, consolidándose como la segunda fuerza política del país. Un fenómeno que no se había visto en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, y que amenaza los cimientos de la democracia y los valores progresistas.
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Merz rechaza pactar con la ultraderecha, pero la gobernabilidad será un rompecabezas
Merz ha sido claro al afirmar que no pactará con la AfD, pero los números no le sonríen. Para formar gobierno, la CDU necesitará el apoyo de otras fuerzas políticas, como los socialdemócratas del SPD, tercera fuerza, y Los Verdes, que obtuvieron un 11,6% de los votos.
Sin embargo, construir una coalición estable no será fácil. Las diferencias ideológicas entre conservadores, socialdemócratas y ecologistas podrían dificultar las negociaciones, mientras la AfD, fortalecida, espera para capitalizar cualquier fractura.
El discurso de la AfD, cargado de xenofobia, misoginia y homofobia, representa una amenaza directa para los avances sociales de las últimas décadas. Sus propuestas antiinmigración y su retórica extremista no solo dividen a la sociedad, sino que ponen en riesgo los derechos de las minorías y la convivencia democrática.
El récord histórico de la AfD no es solo un problema alemán, sino una advertencia para toda Europa. Los valores feministas, los derechos humanos y la inclusión social están en peligro. La victoria de Merz no debe ocultar el hecho de que la ultraderecha ha ganado terreno, alimentada por el descontento y la polarización. Formar un gobierno de coalición que excluya a la AfD no es solo una necesidad política, sino una obligación moral.
Como sociedad, debemos recordar que «la democracia no se defiende con silencios, sino con acciones concretas». El futuro de Alemania, y de Europa, depende de nuestra capacidad para frenar el avance de quienes buscan dividirnos.
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MUY IMPORTANTE:
A dónde nos llevará la ultraderecha? Buen artículo.