Las políticas que retrasan la edad de jubilación están teniendo un impacto negativo en la salud de las personas mayores, aumentando significativamente su riesgo de morir antes de cumplir 70 años.
Según un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), posponer un año la jubilación eleva en casi 40% el riesgo de morir entre los 60 y 69 años. Este riesgo es particularmente alto en trabajos físicamente exigentes o con altos niveles de estrés.
¡Los ahorro no compensam la pérdida social!
El estudio revela que, aunque los gobiernos pueden ahorrar dinero al reducir la duración de los pagos de pensiones, estos ahorros no compensan la pérdida social vinculada a una menor esperanza de vida. En particular, el aumento en la edad de jubilación es menos riesgoso para aquellos que pueden optar por una jubilación parcial, lo que les permite reducir sus horas de trabajo y aliviar el estrés.
Este análisis se basa en datos de una reforma de 1967 que dificultó la prejubilación, mostrando cómo tales políticas pueden tener consecuencias graves en la salud y bienestar de las personas mayores.