
Tomada de El País: La guerra en Ucrania: el 54º día de la invasión rusa
El conflicto armado en Ucrania, que comenzó hace más de un año, ha dejado un rastro devastador no solo en términos de sufrimiento humano, sino también en el impacto climático.
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La guerra en Ucrania agrava el cambio climático
Según un informe reciente, la invasión rusa ha provocado la emisión de hasta 250 millones de toneladas de gases de efecto invernadero (GEI), una cifra alarmante que pone en evidencia la relación entre los conflictos bélicos y la aceleración del cambio climático. Este impacto, equivalente a las emisiones anuales de España y Francia juntas, está añadiendo una pesada carga a una crisis climática que ya de por sí amenaza la estabilidad del planeta.
La guerra ha alterado significativamente el consumo de energía, especialmente el gas y el petróleo, lo que ha disparado las emisiones de carbono. Además, la destrucción masiva de infraestructuras, incluidos edificios, fábricas y redes de energía, ha contribuido directamente a la liberación de CO2 en la atmósfera.
Las actividades militares y los desplazamientos forzados de millones de personas también han incrementado las emisiones en diversas regiones, exacerbando la crisis de los combustibles fósiles. La quema de recursos naturales y la contaminación del aire y el agua, generada por los ataques, están ampliando aún más el alcance de esta factura climática.
Desigualdades globales
Este impacto, que no se limita solo a Ucrania, sino que afecta a toda Europa y más allá, resalta la intersección entre las injusticias sociales, los derechos humanos y los problemas medioambientales. Mientras las poblaciones de todo el mundo enfrentan ya los efectos del cambio climático, como las olas de calor extremo, las sequías y las inundaciones, las consecuencias de este conflicto refuerzan la urgencia de actuar para reducir las emisiones globales.
Los esfuerzos para frenar el calentamiento global se ven cada vez más comprometidos por el contexto geopolítico, lo que hace aún más difícil alcanzar las metas de descarbonización necesarias para evitar un futuro catastrófico.
Desde organizaciones ambientales, se alerta que la escalada de emisiones derivadas de la guerra no solo está afectando al clima global, sino que también está exacerbando la pobreza y la desigualdad. Las comunidades más vulnerables, aquellas que ya luchan contra los efectos del cambio climático, son las que más sufrirán las consecuencias de un planeta que se calienta a un ritmo alarmante.
La justicia climática, por tanto, exige que los responsables de este desastre, no solo los actores militares, sino también las potencias que han mantenido modelos energéticos insostenibles, rindan cuentas y actúen de forma más contundente para frenar esta espiral de destrucción.
¿Qué acciones deben tomar los gobiernos para evitar que los conflictos bélicos sigan agravando la crisis climática y afecten aún más a las poblaciones más vulnerables?
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