Tras la DANA y gracias a la solidaridad de los españoles, los pequeños afectados volverán a la normalidad en Valencia
Silvia María Vicente Moya 
Imagen: rtve.es. El Solidario. Un padre y una hija caminando entre los estragos de la DANA en Guadassuar, municipio de la Comunidad Valenciana
«Pequeñas rutinas, espacios seguros y la reapertura de algunos centros educativos, esenciales para la infancia tras el paso de la DANA«.
La última DANA, en Valencia, dejó tras de sí un panorama desolador donde decenas de familias han visto afectadas sus viviendas y rutinas. En este contexto, la infancia es uno de los grupos más vulnerables y menos visibles. Tras una emergencia de este calibre, los niños y niñas pueden experimentar alto niveles de estrés e incertidumbre y desarrollar una elevada inseguridad.
Además, los expertos señalan que la devastación provocada por las fuertes lluvias y las inundaciones interrumpe gravemente el desarrollo emocional y psicológico de los más pequeños, quienes, al enfrentar la pérdida de sus hogares y espacios seguros, ven su infancia truncada.
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A raíz de esta situación, numerosas organizaciones y colectivos han enfatizado la necesidad de crear espacios de apoyo psicológico y de juego para niños y niñas en las zonas afectadas. La psicóloga infantil Ana Méndez explica: “Es imprescindible que los niños y niñas tengan espacios para volver a serlo. El juego y las actividades recreativas no solo ayudan a procesar el trauma, sino que también les permiten recuperar un sentido de normalidad y seguridad”.
Además, varios centros educativos han implementado programas especiales para ofrecer un entorno seguro y estable, ayudando a los menores a restablecer su rutina escolar en un ambiente comprensivo y adaptado a sus necesidades actuales.
Apoyo solidario y protección a la infancia
La respuesta de la comunidad también ha sido clave, y en muchos municipios afectados se han habilitado espacios temporales para el juego y el esparcimiento. Sin embargo, especialistas advierten que estos esfuerzos deben sostenerse en el tiempo, ya que el impacto emocional en los niños y niñas tras desastres naturales puede perdurar meses o incluso años.
La atención a la salud mental de la infancia será fundamental para asegurar su bienestar a largo plazo y que puedan reconstruir su vida de forma saludable y positiva. Entre todos, con esfuerzo y amor, reconstruiremos una infancia segura y estable para todos los pequeños damnificados.
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