Un joven palestino denunció una brutal agresión por parte de un portero de discoteca en Barcelona al grito de “¡Viva Israel!”. Los hechos ocurrieron en la sala Upload, ubicada dentro del recinto del Poble Espanyol, y han causado conmoción no solo por la gravedad de la violencia, sino por su evidente carga xenófoba.
Te puede interesar: España enfrenta una ola de desalojos si no se renueva el escudo social
El afectado relató que tuvo que fingir estar muerto para sobrevivir a la paliza. La discoteca ha condenado enérgicamente lo sucedido, subrayando que el agresor no era parte de su plantilla, sino un contratado externo por el recinto.
“Me agarró por el cuello con su brazo y me arrastró hacia atrás. Me estaba estrangulando. Era tan asfixiante que sólo me concentré en intentar respirar, en sobrevivir”: relató la víctima.
Este lamentable caso no es un hecho aislado; es un reflejo de un contexto global en el que los discursos de odio contra el pueblo palestino y otras comunidades racializadas han tomado fuerza. Este tipo de agresiones son la evidencia de cómo las tensiones internacionales son trasladadas al ámbito local, alimentando el racismo y la intolerancia.
Xenofobia: una lacra que no para de crecer
Barcelona, una ciudad conocida por su multiculturalidad, no está exenta de este tipo de actos violentos. La normalización de discursos que deshumanizan a colectivos vulnerables fomenta un clima donde agresiones como esta se tornan posibles.
La responsabilidad recae tanto en las autoridades como en la sociedad civil para abordar esta situación con la urgencia que merece. Además, es crucial reflexionar sobre cómo operan las empresas que subcontratan servicios sin realizar un adecuado control sobre los perfiles y antecedentes de su personal.
La falta de supervisión facilita que individuos, como el que atacó violentamente al joven palestino, con actitudes violentas o discriminatorias tengan acceso a roles de poder, como es el caso de los porteros de discotecas.
Es momento de cuestionarnos como sociedad: ¿qué estamos haciendo para prevenir el odio? Denunciar estos actos es solo el primer paso. Es necesario reforzar políticas de inclusión, educación en derechos humanos y condenar sin titubeos cualquier muestra de violencia xenófoba.
Hoy, Barcelona tiene la oportunidad de enviar un mensaje claro contra el odio. Mañana, podría ser cualquier otra ciudad. ¿Estamos preparados para frenar esta escalada de violencia y construir espacios donde la diversidad sea celebrada en lugar de atacada?
Síguenos en nuestras redes sociales @elsolidariorg / X: @X_ElSolidario y en nuestro canal de Whatsapp El Solidario