El Centro de Primera Acogida de Hortaleza, gestionado por la Comunidad de Madrid bajo la administración de Isabel Díaz Ayuso, enfrenta una grave crisis de hacinamiento y deterioro de sus instalaciones, según denuncias de trabajadores y sindicatos.
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Diseñado para albergar a 35 menores en situación de vulnerabilidad, el centro actualmente acoge a 138 jóvenes, superando tres veces su capacidad, con niños durmiendo en colchonetas en el suelo y en espacios reducidos e insalubres.
Los menores, muchos de ellos migrantes no acompañados, conviven en condiciones que dificultan su bienestar físico y psicológico. Además, los trabajadores del centro reportan sobrecarga laboral, recursos insuficientes y la falta de personal cualificado para abordar las complejas necesidades de los residentes, quienes enfrentan problemas como trastornos de salud mental y dependencia de sustancias.
Condiciones infrahumanas e inaceptables
La situación ha sido calificada como «inaceptable» por organizaciones de derechos humanos y representantes políticos, quienes acusan a la Comunidad de Madrid de desatender su responsabilidad.
Durante una reciente visita al centro, representantes del PSOE denunciaron que los menores no cuentan con condiciones adecuadas de habitabilidad, enfrentando temperaturas extremas y un entorno inseguro.
Estas condiciones también afectan a los educadores, quienes trabajan en un ambiente de constante estrés y sin los recursos necesarios para garantizar la atención adecuada a los jóvenes.
Aunque el gobierno de Madrid sostiene que la situación está bajo control, las evidencias muestran un panorama desolador. La falta de soluciones estructurales agrava una crisis que, según expertos, es resultado de recortes presupuestarios y decisiones administrativas erróneas