El Ingreso Mínimo Vital asegura una fuente económica básica para quienes viven en situación de pobreza, promoviendo inclusión y justicia social.
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El Ingreso Mínimo Vital (IMV) es una prestación económica dirigida a personas y familias en situación de pobreza. Su objetivo es garantizar una subsistencia digna mediante un ingreso básico proporcionado por el Estado, hasta que desaparezca dicha condición. Es un compromiso estatal con quienes más lo necesitan, asegurando que nadie quede excluido de lo esencial para vivir con dignidad.
Ingreso Mínimo Vital y Renta Básica: diferencias clave
Aunque se tienden a confundir, el IMV y la renta básica tienen conceptos distintos. La renta básica está diseñada para toda la población, independientemente de su situación económica, mientras que el IMV se enfoca en quienes están en situación de pobreza. Si bien la renta básica no se aplica en ningún país del mundo, el IMV es una medida ampliamente implementada en Europa y en países desarrollados como Canadá o Estados Unidos.
Ambas propuestas comparten el objetivo de garantizar la seguridad económica, pero el IMV se presenta como una solución más accesible y efectiva en la lucha contra la exclusión social. Además, refuerza la dignidad de las personas al proporcionarles recursos para satisfacer necesidades básicas como alimentación, vivienda y movilidad.
Ventajas sociales y económicas del IMV
El IMV no solo combate la pobreza, sino que también incentiva el dinamismo económico. Al aumentar la capacidad de consumo de las personas beneficiarias, se impulsa la actividad de empresas que ofrecen bienes básicos. Además, contribuye a mejorar los salarios, ya que las empresas se ven obligadas a ofrecer condiciones laborales más atractivas que el ingreso mínimo.
Desde una perspectiva fiscal, su implementación no supone un gasto desmesurado para las arcas públicas y, a largo plazo, genera un impacto positivo al aumentar la recaudación derivada de la actividad económica que promueve. En países como España, Alemania o Suecia, esta medida ha mostrado ser una herramienta efectiva para reducir desigualdades y fortalecer la cohesión social.
Actúa por un mundo más justo
Imaginar un Ingreso Mínimo Vital universal es un reto moral y económico que exige cooperación internacional. Garantizar un ingreso básico para todas las personas, sin importar su lugar de origen, podría erradicar el hambre y la pobreza extrema, marcando un hito en la historia de la humanidad.