Human Rights Watch (HRW) ha denunciado a Israel por llevar a cabo «actos de genocidio» al privar deliberadamente de agua potable a los habitantes de la Franja de Gaza. La organización asegura que esta práctica ha llevado al colapso sanitario en la región, con consecuencias devastadoras para una población que ya enfrenta un bloqueo asfixiante desde hace más de 15 años.
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Enfermedades y falta de recursos hídricos naturales
Según el informe de HRW, la falta de acceso al agua potable ha provocado un aumento alarmante de enfermedades como diarrea, hepatitis A, infecciones respiratorias y afecciones cutáneas, afectando principalmente a bebés, mujeres embarazadas y madres lactantes.
Esta situación, señala el documento, es resultado directo de la destrucción de infraestructuras esenciales de agua y saneamiento, bombardeadas repetidamente durante conflictos recientes.
La Franja de Gaza depende en gran medida de agua desalada, ya que sus recursos hídricos naturales han sido contaminados o agotados. Sin embargo, Israel ha bloqueado reiteradamente la entrada de equipos y materiales necesarios para la reparación de plantas desalinizadoras, lo que agrava la crisis. HRW destaca que estas acciones no son incidentales, sino parte de una estrategia deliberada para asfixiar al pueblo gazatí.
Organizaciones humanitarias y la ONU han señalado que la situación en Gaza es insostenible y que las restricciones impuestas por Israel no solo violan el derecho internacional humanitario, sino que podrían constituir crímenes de lesa humanidad. Además, HRW hace una llamada urgente a la comunidad internacional para que intervenga, exigiendo sanciones contra Israel y la creación de corredores humanitarios que garanticen el acceso a recursos básicos.
Este caso pone en evidencia la necesidad de un esfuerzo global para detener el genocidio silencioso que ocurre en Gaza. La vida de millones de personas depende de que se ponga fin a estas violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
El agua es un derecho humano, no un arma de guerra. Es hora de que el mundo actúe para garantizar la dignidad y la supervivencia del pueblo gazatí.
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